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18/2/19

EL SISTEMA ES CULPABLE

“Yo culpo al sistema por toda la miseria del mundo”


La cineasta libanesa Nadine Labaki da voz en ‘Cafarnaúm’ a los niños ‘olvidados’ del mundo, condenados solo por nacer a malvivir en medio de la pobreza y la violencia de la calle. Ganadora del Premio del Jurado en Cannes, es la primera directora árabe que aspira a un Oscar.

'Cafarnaúm' de la cineasta Nadine Labaki, primera mujer árabe 
nominada al Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa

El 45%, ¡casi la mitad!, de los niños del mundo vive en la pobreza. Los niños “tienen el doble de probabilidades que los adultos de vivir en la pobreza extrema”, declaró hace unos días Isabel Ortiz, directora del departamento de Protección Social de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la presentación del informe realizado junto a UNICEF y en el que se incluye ese dato estremecedor.

Líbano no solo no es una excepción, sino que la llegada al país de un gran número de refugiados sirios complica gravemente la situación. A finales de enero, "29 niños habían muerto de frío en los campos de refugiados libaneses. Hambre, sed, frío, violencia, trabajo infantil, abusos sexuales…" son el día a día de muchos menores en Beirut, a los que dedica y da voz en su nueva película titulada  ‘Cafarnaúm’, la cineasta Nadine Labaki, primera mujer árabe nominada al Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa y ganadora del Premio del Jurado y Premio del Jurado Ecuménico en el Festival de Cannes.

De una crudeza casi insoportable, pero con ánimo de resistencia y de denuncia, la película cuenta la historia de Zain, un niño de doce años que ha denunciado a sus padres por “haberle traído a la vida”. Acude a la justicia a demandar a unos adultos que no tenían medios ni posibilidades de atender a sus hijos y aun así los trajeron al mundo, condenándoles a sobrevivir en medio de la miseria y la violencia de la calle. "La película recibió quince minutos de aplausos con el público puesto en pie en Cannes". La cineasta Nadine Labaki habló con Público en el Festival de San Sebastián.


¿‘Cafarnaúm’ es una película contra el sistema?

Sí. Eso es, una película contra el sistema. Y ahí, los padres también son víctimas del sistema, que excluye a estas personas porque son pobres. Alrededor de nuestro mundo, en nuestra sociedad, hay muchas personas invisibles, muchos niños que no van al colegio, personas sin papeles, gente que no tiene derecho a hospital… "Y yo culpo al sistema por ello, por toda la miseria del mundo". Es un sistema caduco que ya no puede más y que no sabe qué hacer con todas esas personas. En tu propio país tienes a gente sin identidad, empujada a las periferias.

Es una situación que desgraciadamente se agrava, ¿qué podemos hacer?


Ese es el debate, pero yo no tengo la solución. Lo único que puedo hacer en mi caso es poner la lupa sobre el problema. "Hoy están creciendo con hambre generaciones de millones de niños y adultos". Desde luego sé que lo que se está haciendo no es lo que se debe hacer. "Poner fronteras y barreras, crear pozos de rencor y de odio, de gente que ha perdido todos los sentimiento". Esto es una catástrofe.

Aunque sea urgente, a mucha gente no le gusta ver en el cine esos problemas.

Cuando el problema es tan grande, la gente hace como el avestruz, mete la cabeza en la arena. Es verdad. Pero todo lo que aparece en la película pasa y la realidad es aún peor. En una familia donde la madre ha tenido doce hijos, donde no tienen dinero, venden a las hijas con la excusa del matrimonio, pero lo hacen para comer. "Eso sucede de verdad. Es tráfico de personas, una tragedia que no es ninguna fantasía, y que ocurre no solo en Líbano, sino en todos los países". Es verdad que en las estadísticas no hay números exactos, nadie quiere hablar de este problema.

Nadine Labaki durante el rodaje.
Nadine Labaki durante el rodaje.

¿Cree que el cine tiene obligación de hablar de ello?

Sí y, además, yo creo en el poder del cine, creo que el cine es mucho más poderoso que cualquier discurso político y es mucho más directo porque visualizas el problema. Con el cine te puedes identificar con otros seres humanos, con emociones, sentimientos… compartimos los mismos valores. "Creo que es una obligación, que es nuestro deber". No tenemos elección. Todos debemos estar involucrados en las decisiones políticas y proponer alternativas.

En la circunstancia de la pobreza y abusos en la infancia, ¿la religión no es uno de los peores enemigos?


Lo es y hay que hacer algo, pero no es el único. Lo que pasa en esta familia de la película, ocurre también en las familias cristianas de Beirut. "Lo de casar a las niñas es una transacción para todos. Las casan porque no tienen para comer, no lo hacen por fe religiosa".

Las mujeres…

Es especialmente duro. Duro para todas. Estoy harta de que cuando discuto en el rodaje alguna decisión, alguien diga que debo estar con el periodo. Durante este rodaje estaba dando de mamar a mi hijo y rodábamos en sitios tan horribles que tenía que irme a duchar antes de darle el pecho.

Imagen del rodaje de ‘Cafarnaúm’

Iba a decirle que ahora atribuyen mucho a las mujeres cineastas un exceso de sentimientos en las películas…

Sí, sí, es eso de la contención, de contener tus sentimientos, pero eso es ir contra natura. Es la nueva moda de la contención, la ‘retenue’, como dicen los críticos. No hay emociones, no puedes demostrar ninguna emoción.

De usted dijeron que hacía ‘pornomiseria’. ¿Qué le parece?

 


Aprendí el término en Cannes. Pornomiseria, ¿pero qué significa eso? "No me importa lo que digan los críticos, analizando las películas desde sus casas". Mi instinto me dice que estoy muy cabreada y muy frustrada y eso es por la realidad. "La realidad es mucho peor que de lo que yo muestro en la película: violaciones, abusos, palizas…"

Desde luego no puedes gustarle a todo el mundo, pero los que dicen eso no han visto nada en toda su vida, porque la película prácticamente no es nada comparado con la realidad. Y son cosas que yo no he querido mostrar. "Así que si esto que hago es pornografía, pues sí, hago pornografía y pornomiseria".

¿Cada vez se acerca más al realismo?


Sí. La película viene de las observaciones del momento. Esto es lo que quiero hacer, explorar la realidad, el cine "verité".

"Hay quienes desean que sea una cínica y haga otro tipo de películas, pero no las voy a hacer".

FUENTE: publico.es
Begoña Piña
Madrid - 15/02/2019

29/10/18

LA REPRESIÓN FRANQUISTA EN CANARIAS

Hombres asesinados, mujeres valientes: historia de la represión franquista en Canarias

Sin una contienda bélica como la que sí hubo en la península, las islas fueron usadas desde los inicios como posición estratégica. Sin embargo, eso no frenó a los fascistas para dejar miles de muertos que, hoy día, continúan en fosas y sin justicia.

Las manos de Lola Tejera - Eduardo Robaina

Han trascurrido 82 años pero ese libro sigue sin tener un final. No al menos el que se merece. El paso del tiempo viene acompasado por el desprecio de muchos. Demasiados. Cada vez son menos los protagonistas de aquella historia, y llegará una mañana en la que ya no quede nadie. Relatos de terceros, libros y documentos tendrán la difícil tarea de evitar la absoluta desmemoria de los horrores e injusticias que se perpetraron a partir de aquel 18 de julio de 1936.

Lola Tejera, al igual que la II República, tiene 87 años. Natural de Tamaraceite (Gran Canaria), es la mayor de cuatro hermanos que ya nos están. Su edad se antoja como su mayor baza. Tiene mente e ideas tan frescas como los peores recuerdos que habitan en su interior. Ahora siente que es el momento de no guardarse ninguno de estas crueldades. Porque Lola representa en Canarias a las miles de mujeres que sufrieron la represión fascista y todo lo que conllevó después. Su padre, Juan Tejera Pérez, apodado “el comunista”, fue condenado a pena de muerte tras un consejo de guerra que consiguió conmutar a cambio de 12 años encarcelado. 
Lola Tejera - Eduardo Robaina

Como a tantos otros, le privaron de su libertad por no pensar como los criminales falangistas. Lola tuvo que ver cómo su madre Frasquita sacaba adelante a sus hijos sin ningún recurso y siendo señalada por los vecinos. Por roja. Por tener a un rojo en la cárcel. Se las tuvo que ingeniar para no ver a sus pequeños sufrir ante la ausencia de su padre. Cada mes, se llevaba a uno de ellos para que pudieran verlo. A lo lejos. 

“Papá está en el coche”, decían inocentemente. Pero estaba tras las alambradas del campo de concentración de La Isleta. Cuando finalmente salió de prisión, lo hizo arrastrando una tuberculosis. “Lo querían mandar al sanatorio, pero mi madre no quiso. Se acabó curando gracias a la estreptomicina y a que ella le traía huevos y leche”, narra su hija orgullosa.

La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria)

Lola creció, pero su futuro seguiría ligado a fantasmas del pasado. Se casó con Diego González, hijo de Francisco González Santana, uno de los “cinco fusilados de San Lorenzo”. Así fueron apodados el alcalde comunista Juan Santana Vega y el resto de miembros del consistorio del extinto barrio, asesinados el 29 de marzo de 1937 a las 16:00 tras un consejo de guerra sumarísimo. González Santana tenía 41 años. Jornalero de profesión, pertenecer a la Federación Obrera de Canarias fue su penitencia.

Su cuerpo, tras ser ejecutado, fue lanzado a una fosa común del cementerio de Vegueta, en la capital grancanaria. Allí permanece aún, junto al alcalde. “El sepulturero, cuando le tocó enterrarlos, se la jugó y los enterró juntos, colocando una lámina de mármol encima para ubicarlos”, relata su nieto Paco González. Él ha sido la voz en Canarias de todas aquellas personas que ya no pueden hacerlo, y en concreto de su padre Diego. A sus 92 años, una demencia comienza a llevarse sus buenos recuerdos. También los malos.

Cementerio de Vegueta

Una noche, los falangistas entraron a su casa en busca de su progenitor Francisco González, escondido entonces en una cueva. Se fueron sin él, pero no sin antes sacar de la cuna a su hijo Braulio de tan solo cuatro meses. Las Brigadas del Amanecer lo estamparon contra la pared. Al día siguiente, la familia fue caminando hasta el cementerio, donde lo enterraron sin ninguna ayuda. Era época navideña.

Humillarlas hasta deshumanizarlas
Hombres fusilados, mujeres denigradas y recuerdos imborrables para una historia inacabada que solo tendrá su final
en el momento en el que no quede bajo tierra ni un solo hueso sin exhumar.- EDUARDO ROBAINA

Sin marido y sin su pequeño de cuatro meses. A Dolores la habían matado sin necesidad de ninguna bala. Trabajar sin poder cotizar y no poder comer porque significaba enfrentarse a una auténtica humillación. Con cartilla de racionamiento en mano, era mandada al final de la cola cuando llegaba su turno, teniendo que alimentarse de las limosnas de los pocos que aún no la señalaban por ser la viuda de un rojo.

Por si fuese poco dolor, dos de sus tres hijos fueron llevados a la Casa del Niño, un centro para niños de la posguerra. Dolores, ante el miedo de que sus hijos fuesen vendidos o les ocurriese algo peor, iba todas las semanas y les regalaba a las monjas telas bordadas por ella con punto de cruz.

Estado actual de la Casa del Niño en Las Palmas de Gran Canaria

Otra de las mujeres de la familia que quedó marcada para siempre fue Rosa García López, prima-hermana de Lola. Era un paseo matutino de los tantos que hacía para comprar cada mañana cuando un grupo de falangistas la secuestraron. Al día siguiente, la ropa rota, la cabeza rapada y signos de haber sido violada fue lo que quedó de aquel día. La deshumanizaron “hasta el punto de no querer contar nada de aquello”, relatan sus descendientes.

Justicia entre interminables tiras y aflojas


Lola se sienta cada tarde al lado de Diego. Le coge de la mano y no le suelta. Transmite coraje y amor por partes iguales. Sabe el sufrimiento que hay detrás de esos ojos. Nunca perdió la esperanza de que llegase el día de la exhumación, aunque confía en que no sea demasiado tarde para él, como sí lo fue el indulto que, cuenta la familia, “llegó al ayuntamiento un día después de ser fusilados”. Un asesinato que, en 2010, le reclamaban. 2000 pesetas, exactamente. Ahora, entre interminables tiras y aflojas, un rayo de luz ha acabado por colarse entre las persianas de sus hogares.

El momento de recuperar los restos llegará gracias a una inversión de 30.000 mil euros por parte del consistorio y el Cabildo, impulsor del proyecto.

Sima de Jinámar
 
Será presumiblemente antes de verano, donde se esperan rescatar más de 80 cuerpos, de los que 30 corresponderían a militares que resistieron el inicio del golpe en Marruecos. Pero no será el único enclave en el que se se hará memoria. También está previsto para finales de año recuperar todos los cuerpos que yacen en uno de los mayores símbolos de la violencia franquista en Canarias. Se trata de la Sima de Jinámar, un cono volcánico de 80 metros de profundidad al que se arrojó, vivos y muertos, a cientos de personas que pensaban diferente. 

Unos actos de reparación que se tornan proezas, cuando deberían ser la norma. Sin embargo, un año más -desde que Rajoy gobierna-, los Presupuestos Generales del Estado no destinarán ni un solo euro de su partida a la ley de Memoria Histórica, condenando nuevamente el derecho a cicatrizar de tantas personas. A eso hay que sumarle el rechazo del PSOE, PP y Ciudadanos a una posible reforma de la Ley de Amnistía de 1977 que permitiese juzgar los crímenes franquistas de torturadores que hoy pasean por Madrid, como es el caso de "Billy El Niño".

Billy el Niño

Hombres fusilados, mujeres denigradas y recuerdos imborrables para una historia inacabada que solo tendrá su final en el momento en el que no quede bajo tierra ni un solo hueso sin exhumar. Las muertes producidas en esos 40 años de represión se siguen aferrando a una guerra en la que uno de los bandos solo hizo por defenderse. No obstante, en Canarias no hubo siquiera confrontación bélica con la que poder justificarse de algún modo. Las islas, usadas como territorio de retaguardia del ejército sublevado durante la Guerra Civil, fueron vestigios durante el golpe de Estado de una cruenta represión política sobre los militantes o simpatizantes de los partidos y sindicatos de obreros y republicanos.

Aunque muchos datan en más de 5.000 las muertes durante estos años, no existe un estudio profundo que lo verifique, dada la dificultad documental. El historiador Aarón León estima en 1.032 las personas ejecutadas tras sentencias de consejos de guerra y víctimas de "desapariciones" extrajudiciales. Unas cifras que hoy, más de 80 años después, siguen en el olvido como parte una amnesia colectiva.
Hombres asesinados, mujeres valientes - Eduardo Robaina

FUENTE: publico.es
Eduardo Robaina
01/05/2018
Según información aparecida reciéntemente en el periódico Canarias7, Jesús Cantero Sarmiento, montañero, espeleólogo, y una de las personas que más tiempo ha dedicado a investigar y denunciar los asesinatos llevados a cabo en la sima durante la guerra civil, corroboró que entre 1975 y 2005 se habían hecho desaparecer pruebas. Entre 1967 y 1975, Cantero bajó unas quince veces a la sima y descubrió unos 20 esqueleto , muchos zapatos, botas y suelas de alpargata. En 2005, Francisco Etxeberría (catedrático en Medicina Legal y Forense de la Universidad del País Vasco) sólo halló restos de dos individuos y ahora, según el montañero Marcos Alonso, nada.

7/9/15

MISERIA, DESNUTRICIÓN Y MALTRATO

Piojos, hambre y palizas: un día normal en la vida de los presos de la Ranilla

Para muchos se trata de un edifico maldito. Las paredes de la que fuera prisión provincial de Sevilla, conocida como la Ranilla, fueron testigos de la más implacable represión en los años cuarenta, pero también de la presencia de presos políticos que por sus ideas llegaron a abarrotar esta cárcel a las puertas de la Transición.

Presos de posguerra en la cárcel sevillana de la Ranilla.

Hay grabados miles de nombres las paredes de la Ranilla, algunos de cuyos pabellones de los que siguen en pie tras la creación del nuevo parque en el barrio de Nervión, que ha sido declarado Lugar de la Memoria por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía. Cosas tan nimias como silbar los primeros acordes de La Marsellesa podían conllevar durísimos castigos, que se sumaban a los ‘castigos naturales’ que ya eran signo de identidad de la penitenciaría, como las terribles epidemias del tifus conocidas como ‘piojo verde’.

El caso de Juan Antonio Velázquez es uno de esos nombres. Vinculado a las Juventudes Sociales, sus escasos veinte años los cumpliría en 1945 entre aquellos barrotes llenos de humedad y miseria. Palizas, celdas de castigo, hambre y mucho sufrimiento le obligaron a estar meses de condena en la conocida galería tres de la Ranilla donde cumpliría una condena que a pesar de que se fijó inicialmente en 30 años, quedaría reducida por el juzgado militar a tan solo ocho meses.

CENTRO NEURÁLGICO DE LA REPRESIÓN

 

La creación de la prisión de la Ranilla sustituyó a la antigua cárcel de El Pópulo. Creada en 1887, su infraestructura no empezó a tener uso penitenciario hasta principios de los años 30. Al comenzar la guerra y durante toda su duración, se acumularon en sus celdas un número ilimitado de presos que ingresaban en la prisión apenas sin espacio. La ocupación media para 350 reclusos, fue el mismo día del golpe cubierta por 320 personas. Cinco días más tarde se hacinarían en las celdas 1.438 reclusos convirtiéndose, según relata el historiador José María García Márquez, en uno de “los centros neurálgicos de la represión en la ciudad de Sevilla”. En años posteriores de la posguerra, la capacidad de la Ranilla llegaría a quintuplicar su aforo.

Los datos facilitados por el director de la prisión de la época apuntan que 1.039 presos saldrían de la cárcel “sin reingreso”, contabilizándose en un tercio del total las víctimas que, según apunta Márquez, “fueron ejecutadas por aplicación de bandos de guerra hasta febrero de 1937”. Desde los muros de la Ranilla los presos podían tener como destino la inminente ejecución o su traslado a la delegación de Orden Público, siendo desplazados a las tapias del cementerio de San Fernando en los días posteriores. Para los vivos, las condiciones de insalubridad acarreaban enfermedades y epidemias tales como la de “piojo verde”, a lo que había que unir una malísima alimentación.

CUIDADO CON LA SALUD, CARAMADA’


En la Ranilla había una fuerte política de represalia para todo aquel que cometiera un acto de protesta, por pequeña que fuera la reivindicación. Los presos acusados de estas acciones eran trasladados a celdas de castigo donde eran vigilados por funcionarios. En algunas ocasiones, tal y como apunta Márquez, la “delegación de Orden Público dio parte de aquellas actuaciones siendo entregados algunos de ellos a la fuerza pública y desapareciendo posteriomente”.

Hasta el más mínimo silbido de la Marsellesa podía ser objeto de denuncia, al igual que ocurría con el saludo de “salud” entre los comunistas. Estos gestos acarreaban un posterior castigo por parte de las autoridades que custodiaban la cárcel. Tan férreo era aquel control que está documentado que hubo presos que fueron conducidos al suicidio, como fue el caso de Manuel Gómez Prieto, natural de Alcalá del Río. En su celda se cortaría las venas de su antebrazo derecho. Sin embargo, el parte oficial alegaba una enfermedad de “tuberculosis pulmonar” como causa de la muerte.

CONTRA EL OLVIDO


En un gran número de ocasiones, los presos de la Ranilla fueron usados como mano de obra esclava, trabajando en la fabricación de zapatos para la intendencia militar o en la confección de ropa para el ejército, en el caso de las reclusas. Nada podía faltar para la puesta en marcha del nuevo régimen. En otros casos los presos dedicaban sus escasas energía a otros sectores, como la construcción y canalización del agua de la Confederación Hidrográfica del Gualdaquivir.

La antigua cárcel de la Ranilla fue declarada Lugar de la Memoria Histórica durante la pasada legislatura. El entonces vicepresidente de la Junta y consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales, Diego Valderas, proclamaba solemnemente este compromsio: “Los hombres y mujeres de nuestra tierra víctimas de la barbarie nunca serán víctimas del olvido”.


FUENTE: andaluces.es
Ciudadan@s
María Serrano
06 sep 2015