La Semana Santa coincide siempre con la primera luna llena después del equinoccio de primavera, o lo que es lo mismo, la primera luna llena de la primavera; de ahí que las fechas fluctúen entre un año y otro, moviéndose alrededor de algo tan femenino y al mismo tiempo tan pagano como la luna, considerada una deidad en muchas religiones.
La Semana Santa o Pascua, es la fiesta central del cristianismo y conmemora la muerte y resurección de Cristo.
¿Pero de donde proviene esta costumbre?
Los antiguos druidas portaban un huevo como emblema sagrado de su fe. La procesión de Ceres, en Roma, era precedida por un huevo y en los misterios de Baco se consagraba un huevo como parte de la ceremonia festiva. En China, hasta nuestros días, se siguen usando huevos de colores en su festival sagrado. En el Japón, una vieja costumbre consiste en colorear los huevos de forma muy brillante. Entre los egipcios, el huevo era asociado con el sol.
Las procesiones o desfiles religiosos portando imágenes de ídolos o dioses, eran ya celebradas por antiguas religiones anteriores al cristianismo, el cual, simplemente, se limitó a copiarlas, sustituyendo las antiguas deidades por las actuales imágenes sacras de su extenso panteón.
Una curiosidad: el sonido de los tambores tenía como misión alejar a los malos espíritus, por eso suelen ir aún en primera fila, para "despejar " el recorrido de energías negativas.
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