27/1/16

CANARIAS (POEMA)


CANTO VII 

La patria es una peña,
la patria es una roca,
la patria es una fuente,
la patria es una senda y una choza.


Mi patria no es el mundo;
mi patria no es Europa;
mi patria es de un almendro
la dulce, fresca, inolvidable sombra.


A veces por el mundo
con mi dolor a solas
recuerdo de mi patria
las rosadas, espléndidas auroras.


A veces con delicia
mi corazón evoca,
mi almendro de la infancia,
de mi patria las peñas y las rocas.


Y olvido muchas veces
del mundo las zozobras,
pensando de las islas
en los montes, las playas y las olas.


A mí no me entusiasman
ridículas utopías,
ni hazañas infecundas
de la razón afrenta, y de la Historia.


Ni en los Estados pienso
que duran breves horas,
cual duran en la vida
de los mortales las mezquinas obras.


A mí no me conmueven
inútiles memorias,
de pueblos que pasaron
en épocas sangrientas y remotas.


La sangre de mis venas,
a mí no se me importa
que venga del Egipto
o de la razas célticas y godas. 


Mi espíritu es isleño
como las patrias rocas,
y vivirá cual ellas
hasta que el mar inunde aquellas costas.


La patria es una fuente,
la patria es una roca,
la patria es una cumbre,
la patria es una senda y una choza.


La patria es el espíritu,
la patria es la memoria,
la patria es una cuna,
la patria es una ermita y una fosa.


Mi espíritu es isleño
como las patrias costas,
donde la mar se estrella
en espumas rompiéndose y en notas.


Mi patria es una isla,
mi patria es una roca,
mi espíritu es isleño
como los riscos donde vi la aurora.

 
Nicolás Estévanez Murphy
(1838 - 1914)
 

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