A Moncho Borrajo o Ramón Borrajo Domarco, showman y dramaturgo español, como lo define Wikipedia - La Enciclopedia Libre, muchos lo tachan de malhablado (al igual que a este ciudadano amarillo) porque, a la hora de la verdad, no se anda con remilgos lingüísticos: llama al pan, pan; al vino, vino y al coño, coño... como tiene que ser. Es por ello, porque no tiene papas en la boca a la hora de decir las verdades del barquero, que merece todo mi respeto.
Hace unos días, a través de una emisora de radio, le oí relatar una anécdota que no tiene desperdicio:
Contó que, cierta noche, acudió a verlo actuar Don Juan de Borbón (padre del actual monarca español). Confesó que estuvo nerviosísimo, hasta tal punto que, al menos durante quince minutos, no se atrevió a soltar ni un sólo taco. Pero como de esa guisa no le cogía el ritmo a la actuación, pidió licencia al Conde para utilizar un lenguaje más procaz. A lo que Don Juan respondió:
- Habla como te salga de los cojones. Yo he venido aquí a la una de la madrugada a ver un espectáculo cómico, no a misa.
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