Es fácil apuntar al Gobierno (que lo hace rematadamente mal); a la Banca (que nos roba de forma miserable); a las Grandes Empresas (que nos explotan); a los políticos (una pila de mangantes); a la Iglesia (que no ceja en su intransigencia)... pero para mí, los verdaderos culpables de lo que nos ocurre, son los sindicatos mayoritarios.
Es duro tener que decir esto; máxime cuando ahora vienen a pedirnos que apoyemos la manifestación que piensan convocar a mediados de noviembre, y en la que se pueden quedar ante la derecha, con el culo al aire, con lo qué se las van a dar todas por el mismo cachete. Pero ya se sabe: "se recoge lo que siembra". Y han sido ellos los permitidores de todo lo acontecido en el ámbito social y laboral en los últimos tiempos, porque, comprados y vendidos, amancebados con el Capital, han hecho dejación de su labor y de su compromiso, prefiriendo defender la viabilidad empresarial antes que los derechos de los trabajadores; más las reducciones de plantillas que otras salidas alternativas; más sus prebendas y negocios que nuestro futuro, hasta el punto de parecer sindicatos de empresarios en lugar de sindicatos de trabajadores. Así que... ¡ajo y agua!
¡Ah! Y no me venga a decir lo mismo que dicen muchos creyentes, que una cosa es la Institución y otra la Iglesia.¡De eso nada! Se llama imbricación y no puede obviarse.
Como ciudadano de izquierdas que soy (no de esa izquierda desteñida y fulera que comulga, pacta y trapichea con la derecha), y aunque me duela hacerlo, tengan por seguro que no iré a la "manifa" convocada por ellos. Me niego a participar en esa farsa, qué, en el fondo, a quienes único beneficia es a los de siempre. Que conste que no voy a ir ni siquiera en la solapa de alguien, como otras veces.
Y ahora viene mi pregunta, en letras grandes y gordas para que se vea bien:
Sres.de CCOO y UGT:
¡¡¡¿Dónde carajo estuvieron ustedes escondidos durante todos estos años, mientras nos arrancaban
hasta las uñas de los pies?!!!
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