20/10/13

HASTA LAS UÑAS DE LOS PIES

Como ciudadano virtual que soy, suelo tocar, en este blog, distintos palos de la extensa baraja social: política, religión, historia, sociedad, cultura, educación... y algunos otros, aunque en menor medida. Pero hoy que se me han revirado las entretelas, me voy a meter a saco con los que considero los verdaderos culpables de lo que le está ocurriendo a la clase obrera de este país.


Es fácil apuntar al Gobierno (que lo hace rematadamente mal); a la Banca (que nos roba de forma miserable); a las Grandes Empresas (que nos explotan); a los políticos (una pila de mangantes); a la Iglesia (que no ceja en su intransigencia)... pero para mí, los verdaderos culpables de lo que nos ocurre, son los sindicatos mayoritarios. 


Es duro tener que decir esto; máxime cuando ahora vienen a pedirnos que apoyemos la manifestación que piensan convocar a mediados de noviembre, y en la que se pueden quedar ante la derecha, con el culo al aire, con lo qué se las van a dar todas por el mismo cachete. Pero ya se sabe: "se recoge lo que siembra". Y han sido ellos los permitidores de todo lo acontecido en el ámbito social y laboral en los últimos tiempos, porque, comprados y vendidos, amancebados con el Capital, han hecho dejación de su labor y de su compromiso, prefiriendo defender la viabilidad empresarial antes que los derechos de los trabajadores; más las reducciones de plantillas que otras salidas alternativas; más sus prebendas y negocios que nuestro futuro, hasta el punto de parecer sindicatos de empresarios en lugar de sindicatos de trabajadores. Así que... ¡ajo y agua!


¡Ah! Y no me venga a decir lo mismo que dicen muchos creyentes, que una cosa es la Institución y otra la Iglesia.¡De eso nada! Se llama imbricación y no puede obviarse.

Entiendo que los sindicatos mayoritarios son unos organismos caducos a los que, la carcoma de la corrupción y las subvenciones estatales han minado en sus principios más elementales, convirtiéndolos en franca ruina de lo que ataño fueron. No merece la pena seguir adelante con esos despojos que pesan tanto. Dejémoslos a un lado y creemos algo nuevo que no esté contaminado ni por ellos ni por los partidos políticos. Se nos presenta la oportunidad histórica de buscar una alternativa. ¡Hagámoslo!


Como ciudadano de izquierdas que soy (no de esa izquierda desteñida y fulera que comulga, pacta y trapichea con la derecha), y aunque me duela hacerlo, tengan por seguro que no iré a la "manifa" convocada por ellos. Me niego a participar en esa farsa, qué, en el fondo, a quienes único beneficia es a los de siempre. Que conste que no voy a ir ni siquiera en la solapa de alguien, como otras veces.

Y ahora viene mi pregunta, en letras grandes y gordas para que se vea bien:


Sres.de CCOO y UGT: 
¡¡¡¿Dónde carajo estuvieron ustedes escondidos durante todos estos años, mientras nos arrancaban 
hasta las uñas de los pies?!!!



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