La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha desclasificado 130 fotos de víctimas de los "vuelos de la muerte" de la dictadura argentina (1976-1983), equivalente a la "solución final" de los nazis del III Reich alemán.
Guerrilleros y opositores políticos que estaban prisioneros fueron arrojados vivos al mar desde aviones de la Armada, la Prefectura (policía de costas) y el Ejército de tierra. Pero a veces las mareas devolvían los cadáveres a la costa.
Las fotos corresponden a 20 cadáveres aparecidos en las playas de Uruguay entre 1976 y 1979. Y se presume que fueron hechas por peritos de las fuerzas armadas o la policía de Uruguay. Todos los cuerpos tenían ataduras en las manos y los pies con cintas y cables. En la piel lucían señales de torturas con "picana", cuando se les pasa electricidad por el cuerpo.
El cadáver de una mujer, que tenía pintadas las uñas del pie, presentaba lesiones de violación, vaginal y anal. Fue encontrado en la uruguaya Laguna de Rocha, con salida al mar, el 22 de abril de 1976.
Otra mujer tenía entre sus ropas un documento de identidad, que mencionaba la fecha de nacimiento en 1954. Y algunos de los cuerpos guardaban en los bolsillos monedas y billetes de Argentina.
Los culpables
La prueba irrefutable de los "vuelos de la muerte", algo negado hasta ahora por las fuerzas armadas, salió a la luz en 2005 cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó unos cadáveres aparecidos en 1977 en la costa bonaerense.
Se trataba de la fundadora de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor de Devincenti, sus compañeras Esther Ballestrino de Careaga, María Ponce de Bianco y Angela Aguad y la monja francesa Leonie Duquet, que habían sido secuestradas entre el 8 y 10 de diciembre. Los cadáveres aparecieron seis días después en las playas de Santa Teresita, arrastrados por la corriente marina, y fueron inhumados como NN en el cementerio de General Lavalle.
Por los "vuelos de la muerte" la Justicia argentina procesó y mantiene detenidos a cinco ex pilotos militares -uno es Julio Alberto Poch, detenido en Valencia en 2009.
¿Cuántos más se habrán refugiado en nuestro país?...
A lo mejor, hasta coincido con alguno a diario, sin saberlo.
Pues no me extrañaria nada que hubiera mas de estos hijos de su madre en este pais acojedor de cualquier elemento
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