El Caso Túnel de Sóller fue un caso de corrupción que afectó al presidente de las Islas Baleares Gabriel Cañellas, el cual tuvo que dimitir.
Los hechos consistieron en la adjudicació irregular de las obras de construcción del Túnel de Sóller a Antoni Cuart, un empresario socio del presidente Gabriel Cañellas y el pago de este de unos 50 millones de pesetas a la Fundació Illes Balears, presidida por Gabriel Cañellas y al mismo PP, para sufragiar los gastos de las campañas electorales de 1989 y 1991.El proceso se inició el 7 de abril de 1995 cuando Eberhard Grosske (IU) denunció al presidente y al consejero de obras públicas del Gobierno balear, Gabriel Cañellas y Bartomeu Reus, y al exconsejero Jeroni Saiz, por supuesta prevaricación continuada en la adjudicación de las obras del túnel de Sóller a la empresa de Antoni Cuart.
El candidato del PP a la presidencia del Gobierno Central en aquel momento, José María Aznar, obligó a Gabriel Cañellas a dimitir para dar una imagen de transparencia y asumir las responsabilidades. Cañellas hizo oficial su dimisión el 13 de julio de 1995. Lo substituyó en el cargo Cristòfol Soler.
En el juicio también fueron juzgados, a parte del presidente Cañellas, el entonces consejero de obras públicas, Jeroni Sáiz y el entonces secretario del PP en Baleares José Antonio Berastain.
¡Y A JAUME MATAS, EXPRESIDENTE DE LA MISMA COMUNIDAD, MIEMBRO TAMBIÉN DEL PP, TAMPOCO LE VA A PASAR NADA!
TIEMPO AL TIEMPO...
Ahora... robe usted una gallina y verá. ¡Ah! y procure hacerlo sin violencia, porque si no, estará más que jodido.
¿Cómo dicen que se llama la ciega esa de la balanza?
Fíjense bien en el dedo
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