No entiendo cómo es posible
que la potencia señera
esté llena de agujeros,
como colador gigante,
cedazo o espumadera.
No terminan de entender
mis cortas entendederas
el que un soldado cualquiera
se le cuele por las buenas,
y en las blancas dependencias
de su cocina de autor,
guise, adobe, fría y cueza,
sin que de nada se entere
el cocinero mayor.
¿Qué será lo que hoy intentan
ocultar con estos guisos
con tan profundos aromas
a panceta y a chorizo?
¿Se les quemaría el aceite
después de tantos fritangos
y por no tirarlo intentan
aderezarlo con algo
convenientemente y darnos
un genuino purgante
que después de aligerarnos
nos obligue a reposar?
¡Un invento colosal!
Pa' tenernos controlados
no existe nada mejor
que sentarnos a la fuerza
en un trono evocador,
donde "el ojo" del obrero,
atento y observador
no pierda ningún detalle
de lo que se quema y cuece
a su propio alrededor.
C. P.
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