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30/12/17

LA FALSA DEMOCRACIA

La falsa democracia se ha adueñado del mundo

La falsa democracia se ha adueñado del mundo

Todos se autoproclaman demócratas porque el prestigio de la democracia está intacto en todo el mundo, pero la democracia no existe. La falsa democracia domina el mundo, incluso en los antiguos santuarios del sistema, como Estados Unidos y Gran Bretaña. Nadie se atreve a cuestionarla y se declaran demócratas todos, incluso los peores totalitarios y los criminales. 

Hasta las peores dictaduras, como la de Corea del Norte o Cuba, se declaran repúblicas democráticas "populares". Pero, aunque su prestigio sea incuestionable y portentoso, la democracia ha dejado de existir porque los políticos no la soportan y la han sustituido por un remedo impresentable que sólo es una dictadura camuflada de partidos políticos y de políticos profesionales que utilizan el sistema para apoderarse del Estado y vivir a cuerpo de rey. 

El pueblo, que es el soberano de la democracia y el gran protagonista del sistema, ha sido expulsado de la política, manipulado, desposeído de sus derechos y reducido a ser víctima y palmero de una clase dirigente codiciosa, falsa e insaciable.


Hasta los peores tiranos totalitarios se declaran demócratas. Los independentistas catalanes, una de las especies más totalitarias de Europa, han esgrimido la democracia y la han utilizado como arma arrojadiza contra España. Para ser "guay" y estar en lo políticamente correcto, para no ser un apestado social, para ganar votos y para prosperar el política, hay que declararse demócrata, aunque el sistema vigente, como ocurre en España, sea una versión inmensamente adulterada y degradada de la verdadera democracia.

Sin separación de los poderes básicos del Estado, sin controles suficientes a los partidos y al poder político, sin una ley que sea igual para todos, sin una ciudadanía influyente y participativa, sin una prensa libre e independiente y sin una sociedad civil fuerte y organizada, que sirva de contrapeso al poder, la democracia no existe, aunque se vote cada cuatro o cinco años y se elijan a los representantes y gobernantes.

La democracia no es un sistema para elegir gobiernos sino una filosofía compleja de respeto a los demás y una forma de vida en la que el principal objetivo es controlar el poder y evitar que se torne abusivo.



La ley, la separación de poderes, la competencia libre entre los poderes públicos, la pugna entre los partidos y la libertad de prensa existen en democracia para que el poder sea frenado en sus tendencias despóticas.

Pero la democracia ha sido demolida y pulverizada por los grandes poderes y lo que hoy se denomina democracia es sólo un remedo degradado y sucio de ese sistema, que ha sido despojado de los controles al poder, de la participación ciudadana y de leyes justas que impidan los típicos desmanes de los poderosos: corrupción, abuso de poder, mentiras, estafas, incumplimientos, desigualdades, clientelismo, despilfarro y una filosofía de la injusticia que lo inunda todo.

Los peores canallas se autoproclaman demócratas, aunque desconozcan la verdadera democracia. Hasta los cortacabezas del ISIS se autoproclaman demócratas.



¿Cómo distinguir la verdadera democracia de la falsa en este mundo trucado y engañoso? Es muy fácil y hay varias caminos. Uno de ellos es analizar las aspiraciones del pueblo y compararlas con la realidad. 

Si en España, lo que el pueblo desea es:

Eliminar las autonomías
El fin de la financiación pública de los partidos
Consagrar el principio de "un hombre un voto" 
Una ley igual para todos los ciudadanos


pero es justo lo contrario de lo que está vigente, entonces la democracia no existe.

Hay otra fórmula de análisis que nunca falla: si el gobierno y los partidos temen al pueblo, entonces hay democracia, pero si es el pueblo el que teme al gobierno y a los políticos, entonces lo que existe es una tiranía, más o menos camuflada.


La ruina de la verdadera democracia es uno de los grandes rasgos del siglo XXI, y la lucha por reconstruir esa democracia aniquilada será la espina dorsal de este siglo, la que enfrentará a ciudadanos y gobernantes como nunca antes en la historia.


FUENTE: votoenblanco.com
Información y Opinión
Francisco Rubiales
17/11/2017

10/2/17

EL POPÓ


¿Recuerdan lo de echarse a la calle,
todos a una como en Fuenteovejuna?

Pues se llama "PODER POPULAR"
y le provoca popó al gobierno de turno
que, al sentirlo, sólo tiene dos opciones:
o prestarle la debida atención 
a las exigencias del pueblo soberano
o reprimirlo a modo, 
arriesgándose a que, en una de ésas,
el Estado se vaya a hacer puñetas.
Citizen Plof 

18/5/16

LA FRASE DEL "GÜEVÓN MISTERIAL"

Érase un señor de gordos cataplines "misteriales", que cierto día de fiesta de guardar, dijo:

"Recuerden quiénes fueron aquellos que rodearon el Congreso y retuvieron a sus legítimos representantes"


¡Sí! Lo recuerdo perfectamente, fue el 25 de septiembre de 2012, y también recuerdo el por qué de aquella medida llevada a cabo por la gente que, dicho sea de paso, no llegó ni a oler el edificio del Congreso, rodeado por multitud de vallas metálicas y gran despliegue de fuerzas policiales, que les impidieron acercarse.

¿Que quería ese pueblo?... pues ni más ni menos que protestar, abroncando a sus señorías para pedirles, entre otras cosas, que obligaran a sus partidos a cumplir las promesas electorales, merced a las cuales ocupaban aquellas poltronas. En otros países con más tradición democrática, el hecho de faltar a lo prometido es motivo de recusación.

 

Pero "ellos", profundamente ofendidos ante la actitud de la ciudadanía que, decidida e indignada, quería recriminarles "in situ" sus múltiples incumplimientos, lo único que hicieron fue, "rasgándose sus carísimas vestiduras", criticar a modo a los ciudadanos por tremenda osadía.

Fue entonces cuando me pregunté:

"¿Pero de quién coño es el Parlamento?... ¿de sus señorías o de los ciudadanos?"


Señores parlamentarios, ¿piensan ustedes qué por el mero hecho de que les hayamos otorgado nuestros votos, ya tienen patente de corso para hacer lo que les dé la gana: incumplir, rapiñar, corromper, esquilmar... reirse de nuestra buena voluntad? Creo que andan bastante confundidos con el asunto: 

¡Somos nosotros, el pueblo soberano,
los que detentamos el poder...!
 

¡Ustedes tan solo son nuestros servidores!

Ciudadano Plof