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22/11/18

AVISO A JÓVENES NAVEGANTES


El ciudadano amarillo que suscribe, salido de la manipulación de una fotografía real, gracias al bueno de Enrique Palomo (Q.E.P.D.) que fue quien me facilitó el acceso a un programa de simpsonización; este ciudadano amarillo, repito, hace tiempo que viene percatándose del bombardeo masivo que sufre la juventud, por parte de los medios de "manipulación", para intentar convertirlos en ludópatas. Es por ello que, días atrás, colgué en este mismo blog, como llamada de atención, un artículo titulado "El infierno de la ludopatía", bastante bien hilvanado desde El Mentidero por CervantesFAQs, cuya lectura recomiendo.


Pues bien, todo aquello con lo que el sistema nos engolosina, es una puñetera trampa. Téngalo bien en cuenta y no lo duden; la clase dirigente trata de perpetuarlo por todos los medios posibles, manteniendo a la ciudadanía esclavizada de una u otra manera, para que nunca se atreva a derribarlo en aras de una sociedad más participativa y justa.

Metas pautadas a cumplir

Comienzan haciéndolo por las cosas más nimias, como esos pocos euros de las apuestas deportivas que tan en boga están, pero esto genera un movimiento "sostenuto e in crescendo" en nuestra conciencia y termina derivando en una auténtica adicción sin que nos demos cuenta; así que ándense listos. Estas mariconadas no compensan, solo son un descarado enganche del "puto sistema de los cojones".


Citizen Plof

28/10/18

ALBERT RIVERA Y LAS DROGAS

 

Soporta Albert Rivera algo que no es un sambenito sino una canallada, a cuenta de una supuesta adicción suya a la farlopa, que se habría manifestado en alguna intervención pública atropellada o en el enrojecimiento nasal que adorna un primer plano de su cara que se ha hecho bastante más que viral en las redes sociales. A esta campaña contribuyen denodadamente adversarios políticos y periodistas, que no desaprovechan la ocasión de extender la maledicencia, ya sea como broma de mal gusto o, incluso, como crítica política.

El último episodio ha tenido como excusa un control aleatorio de explosivos en el aeropuerto de Barcelona, que el de Ciudadanos se había saltado por indicación de los policías de su escolta, y que varios medios presentaron además como un control antidrogas, sugiriendo que lo habría esquivado para evitar esa incontestable prueba del nueve que certificaría su dopaje. 


A Rivera se le han hinchado las narices y ha anunciado que estudia acciones legales contra quienes han difundido el bulo, al que dio crédito el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, aunque luego corrigiera el tiro, y nunca mejor dicho. Juan Carlos Monedero, pionero en estas insinuaciones que en su día se solventaron antes de llegar a juicio, no pisó esta vez el fascinante charco que se extendía a sus pies.

Usar presuntos vicios privados, reales o inventados, para aniquilar al adversario es, por desgracia, un recurso grosero pero habitual que, si algo refleja, es la degradación de la política y de cierto periodismo que no se conforma con la diatriba y necesita de otros martillos inmorales para forjar la opinión pública a su capricho. Contra el enemigo vale todo en una contienda insensata en la que no se hacen prisioneros.


Pasqual Maragall, tan añorado en estos tiempos hasta el punto de que todos los partidos catalanes se han puesto a buscar como candidato a la alcaldía de Barcelona a alguien que vagamente se le parezca o pueda presentarse como su heredero legítimo, fue objeto de un linchamiento similar con insidias sobre su afición a los espirituosos, hasta el punto de atribuir algunos de sus comportamientos a los mareantes vahos de la malta destilada.

No fue la única víctima. Antes de que las diferentes orientaciones sexuales se normalizaran, se desataron campañas sobre la homosexualidad de ciertos políticos, entre ellos Borrell, al que se le llegó a atribuir un novio torero, o el propio expresidente Rajoy, contra el que se blandía la recomendación que le habría hecho Fraga de que se casara rápidamente si quería llegar a algo en política. Puede que éste sea un país de vecindonas que se alimenta de comadreos, chismes y embustes pero no deja de ser peligroso que se utilicen políticamente para el descrédito personal.


A Rivera se le puede encontrar droga dura en sus propuestas, en sus cambios de estrategia de veleta de campanario, en sus contradicciones, o en su nacionalismo sobrevenido con el que pretende adelantar al PP por la derecha sin ni siquiera poner el intermitente.

Lo sangrante es que algunos de los que le miran la nariz acostumbran a dar un doble uso a las tarjetas de crédito en los cuartos de baño sin que la hipocresía les ruborice.


FUENTE: publico.es
Tierra de nadie
Juan Carlos Escudier
24/10/2018
A la vista de la fotografía que encabeza el artículo, este ciudadano, que es "ruinito" que jode, estuvo tentado de escribir bajo ella: "unos canutos así de gordos", pero no me pareció prudente hacerlo, aunque la foto se presta a ello.

A la de Fraga y Rajoy le habría escrito:
"¡Te cases, coño!" 

14/9/16

DROGAS SOCIALES


Pero la más consumida en el mundo se llama:


¡¡¡Alcohol!!!

Citizen Plof

19/8/16

POR NARICES

Gobierno por narices


En el baño del Congreso era muy discreto consumir, menos cantoso que en  la oficina parlamentaria. Los dos diputados se tomaron antes unos gin-tonics en la cafetería, un par de euros, precio especial para sus señorías. La noche anterior habían estado de putas en el Gran Hotel Gran Vía, la resaca era grande “pero unas rayitas lo curan todo”, dijo con sorna el valenciano con su traje de Armani, olor a channel. “Es del camello de Correa, máxima pureza”, comentó sonriente mientras entraban al lujoso lavabo.


Abrumadora inactividad y aburrimiento “esperando la jodida investidura”, repetían como un guineo constante, “más de medio año sin gobierno, cojones”.

Esa noche tenían juerga con cena, Dom Pérignon y “señoritas de compañía” en la discoteca de la Castellana. Picaron la coca con inmensa concentración, parecían disfrutar mientras machacaban el material colombiano, estaba muy rocosa, al lado se escuchaba el estruendo de la cagada de uno de los secretarios de la Comisión de Interior. Se miraron en silencio con una sonrisa cómplice antes de comenzar a esnifar el polvo blanco.


Llevaban tantos años consumiendo que un gramo “se lo comían” en un par de rayas, se las hacían en espiral, “mucho vicio”, decían, la droga era la cotidianeidad en su gestión política, las fiestas, las vacaciones de verano en yates de narcos gallegos, siempre sin sus católicas esposas, disfrutando de la “barra libre” y de las prostitutas que aportaban los capos, pobres chicas esclavas sexuales de aquellos criminales traficantes, buenos amigos y donantes de sobres con dinero en negro, entregados “discretamente” en Madrid al contable del corrupto partido de sus excelencias.
 

Pasaron los dedos por el cagadero y se frotaron las encías, les gustaba esa sensación, la anestesia, la erótica de un poder corrupto, salieron eufóricos, miraron los culos de las ujieres que estaban saliendo del despacho del zoquete presidente que leía un periódico deportivo, siguieron descojonados, las pupilas dilatadas en su ritualizado colocón, iban como motos, hacían comentarios sobre “las perro flautas” diputadas y como les debía oler el chocho, entraron en la reunión del grupo, miradas cómplices, la ministra que no había cotizado en su puta vida en la SS los miró con un guiño de ojos, había que salvar a “La Rita” de la crucifixión, el aforamiento era necesario, se burlaron un rato de las raftas de un canario, hablaron de que fumaba marihuana y Soraya dijo algo sobre las fosas comunes y cunetas, la necesidad de “recuperar la esencia del pasado”, de "aquel 36 glorioso cuando nuestros padres y abuelos dieron la talla como La Roja en los mundiales de Sudáfrica”. Luego todo fue resacón, un nuevo wasap al camello, “más polvo para animar la fiesta”, mientras el primo de Rivera se acercó un momento a la reu, sonrisas, “está todo hecho dijo Bocanegra”, María Dolores recalcó la seriedad, “señores por favor”. Demasiadas bocas amargas.

 

FUENTE: viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es
Francisco González Tejera