Si no me equivoco, esta fotografía que recorrió el mundo, de una crispadísima señora cuya rabia incontenida por la detención del general Augusto Pinochet en Londres (donde había llegado en septiembre de 1998 acompañado de uno de sus nietos para una operación de hernia discal) corresponde a una de las personas que lo apoyaban abiertamente en las calles de Santiago de Chile, cuando el juez español Baltasar Garzón solicitó que fuera interrogado por presunta implicación en los delitos de genocidio, terrorismo, torturas y desaparición de personas, ocurridos durante la dictadura chilena. Algo que nunca llegó a cuajar, ya que, tanto Tony Blair, primer ministro del Reino Unido, como la Santa Sede, el presidente estadounidense George W. Bush y la ex premier británica Margaret Thatcher (quien reveló que el exgeneral había cooperado con Inglaterra durante la Guerra de las Malvinas contra Argentina) abogaron por él.
Augusto Pinochet y Margartet Thatcher
Finalmente, tras una reñida batalla legal, el ministro británico de Interior Jack Straw decidió, el 2 de marzo de 2000, liberar a Pinochet, declarando que, por razones de salud, no estaba en condiciones de ser juzgado, logrando que regresara inmune a su país.
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