Con su falta de diálogo, cerrazón e intransigencia, el gobierno central ha enquistado el asunto catalán hasta el punto de que (convencido estoy) muchos catalanes que no lo tenían claro, se decantarían por el SÍ, solo por el hecho de sentirse puteados. Es más, si se hubiera permitido realizar el referéndum desde un principio sin tanta majadería estatal (convencido estoy también) habría ganado el NO por goleada.
Pero resulta que nuestros dirigientes nacionales no son más torpes porque no pueden. Faltaba más. Estaría bueno que les pidiéramos un poco de mano izquierda y accedieran. Me bastó escuchar al ministro portavoz del gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, intentando darnos una lección de lo que consideran "democracia", para entenderlo.
Íñigo Méndez de Vigo
Justificó las actuaciones judiciales y policiales llevadas a cabo en Cataluña para impedir el referéndum, como acciones encaminadas a poner en valor el Estado de Derecho. "Todo lo demás" -dijo, refiriéndose a la masiva respuesta callejera de la población- "no tiene legitimidad".
Según el presidente catalán, Carles Puigdemont, "Se ha aplicado un Estado de Excepción encubierto en Cataluña, lo que supone la suspensión de facto del gobierno catalán", amén de los registros y detenciones efectuados en diferentes departamentos de la Generalitat, empresas y domicilios particulares.
Carles Puigdemont
“Es una situación inaceptable" -ha dicho Puigdemont- "Han violado derechos fundamentales y la Carta de Derechos Humanos. Se ha realizado una ilegitima suspensión e intervención de la Generalitat por parte de un Gobierno que no respeta los principios elementales de la democracia”.
Parte de la población se ha echado a la calle en Barcelona
para protestar por lo que consideran un atropello del Estado
Citizen Plof
¡Pero que burros son!
ResponderEliminarSiempre mezclando el culo con las témporas.
ResponderEliminarAl ministro sólo le faltó decir: ¡Viva Franco!
ResponderEliminarLo que más me jode es que unos fachas declarados pretendan darme lecciones de democracia.
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