En Reino Unido, compañías como McDonald’s contratan hasta al 90% de sus trabajadores bajo esta modalidad laboral, que permite al empleador no estipular cuántas horas trabaja su plantilla, exigiendo total disponibilidad en función de la carga laboral.
Justin Sullivan (AFP)
"Las semanas que más trabajo puedo llegar a hacer más de 70 horas, y las que menos, ocho o nueve". Así relata Aaron, de 45 años, su situación laboral como cuidador de personas mayores en una empresa que depende directamente de la Administración en un barrio del sur de Londres. Este cuidador se siente atrapado en un contrato sin horas, esto es, uno en el que el empleador no estipula cuántas horas semanales trabaja su plantilla, exigiéndole disponibilidad en función de la carga de trabajo.
Una modalidad de contratación bastante similar a la que la CEOE quiere implantar en nuestro país. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales ha propuesto al Ejecutivo que los empresarios puedan "imponer" a los trabajadores la conversión de su contrato a tiempo completo en uno a tiempo parcial cuando existan causas que lo justifiquen, con la finalidad de evitar despidos. Sin embargo, estas propuestas ya han recibido el rechazo frontal de los principales sindicatos y del PSOE, que temen que estas medidas únicamente sirvan para aumentar la precariedad laboral, tal y como ocurre en Reino Unido.
El caso de Aaron es uno más, la punta de un iceberg de más de 300.000 personas que se encuentran en esta misma situación, según datos de la Oficina Nacional de Estadística. Nada comparado con el último informe del experto en recursos humanos CIPD (Chartered Institute of Personnel and Development) que aumenta la cifra hasta casi cuatro veces más, superando el millón de empleados en esta situación tan precaria. El CIPD afirma que mientras que el sector privado acapara el 17% de estos contratos, el público absorbe el 24%, incluyendo al Servicio Nacional de Salud (NHS).
La excusa de la crisis
Las cifras oficiales, muy alejadas del millón del CIPD, ilustran el crecimiento de este tipo de contratos desde 2005, cuando apenas existían 50.000; un año después ya había 134.000 y a finales del año pasado más de 250.000. En esta tendencia, 2010 supuso un punto de inflexión, con la entrada en vigor de una directiva europea en virtud de la cual todos los empleados que hubieran sido contratados a través de una agencia de colocación disfrutarían del mismo estatus que cualquier otro empleado cumplidas las 12 semanas de trabajo. Entonces, fueron muchas las compañías que recurrieron a los contratos sin horas para sortear la directiva y evitar pagar todos los beneficios a sus trabajadores.
En este sentido, las asociaciones empresariales no han tardado en dar la voz de alarma ante la posibilidad de que el Gobierno elimine este tipo de relación laboral. Es el caso de Alexander Ehmann, director de Política Regulatoria del Institute of Directors (IoD), una agrupación que reúne a más de 38.000 directores generales de compañías, incluidos diversos altos directivos de empresas del FTSE 100 (los 100 principales valores de la Bolsa de Londres).
Convencido de que "estos contratos pueden jugar un papel crucial en nuestra recuperación económica", Ehmann afirma que "eliminarlos podría conducir al mercado laboral británico a rigideces como las de Francia o España". El representante del IoD asegura que "una de las razones por las que nuestra economía no ha seguido el mismo camino que el sur de Europa es porque los empleadores han sido capaces de adaptarse rápidamente a la demanda cambiante".
Por su parte, otro portavoz de IoD, que prefiere denominar a estos contratos como "de horas no garantizadas", afirma que "creemos que son éticos, porque no sólo proporcionan a los empleados la flexibilidad para cumplir con sus otros compromisos (como estudiar, criar a sus hijos), sino que también se la da a una industria como la hostelería, en la que resulta tan complicado predecir qué plantilla se necesitará".
Tanto es así que la propia sede del IoD en Londres, donde su máximo directivo gana 300.000 libras anuales, (unos 347.000 euros) cuenta en su departamento de hostelería con 16 empleados temporales con contratos sin horas. Estas mismas fuentes no sólo consideran que "sin este tipo de contratos el desempleo en Reino Unido sería mucho mayor" sino que, además, señalan que "el Gobierno tiene que reconocer que cualquier acción que limite el uso de esta modalidad contractual es más que probable que perjudicará a la creación de empleo".
FUENTE: Rebelión.es
David Bollero
Londres - 10/08/2013
¡Ciudadanos!:
Esto no es, ni más ni menos, que una nueva forma de esclavitud; otra de la larga serie que el Sistema nos impone.
¡Sigan bailando!... ¡¡sigan bailando!!... ¡¡¡sigan bailando!!!...
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