Me hago eco de un correo electrónico que llega a mi buzón, titulado ¡¡¡¡¡YO TAMBIÉN SOY ASUNCIÓN!!!!! en el que, una compañera de la misma, relata una historia que raya en lo kafkiano:
Cuando hace un rato me contaron que le habían abierto expediente a una compañera por haberle hecho una foto, insultando a Paulino Rivero, no podía dar crédito a lo que oía y pensé que era una exageración.
La foto fue tomada el 29 de mayo, frente al edificio de Presidencia, y teniendo en cuenta que yo llevo bajando todos los días (salvo cuando no ha entorpecido mi trabajo) me sorprende no ser yo la expedientada.
Creo que existen motivos por los que expedientar a un empleado público. Todos nosotros conocemos casos en los que se debería de abrir un expediente disciplinario y no se hace, por lo que me alucina que se le haya abierto a una compañera por protestar, por pedir que no le bajen el sueldo, por solicitar que se gestione mejor el presupuesto y no se derroche en gastos absurdos como camisetas...
Deberíamos hacer algún tipo de acto en apoyo de María Asunción Roldán Oramas.
Por favor, hagan rular esto. No nos pueden quitar también nuestro derecho al pataleo, al querer cambiar las cosas.
Así que, solidarizándome totalmente con ella, dedico esta entrada a criticar la ópera bufa en la que se ha convertido esto.
¡Oigan!...Una curiosidad que tengo:
¿De verdad se molestó tanto la fotografía del ataúd, por el hecho de que una señora le mostrara el anillo?
Cosas veredes ¡eh!
Si a alguien no le gusta que el pueblo, al manifestarse, llegue a ofenderlo, pues que no se meta en política, porque es algo inherente a la misma, y cualquiera con dos dedos de frente, sabe a lo que se arriega. Hasta el rey lo sufre, pero (que yo sepa) ni siquiera él se querella contra los que le gritan o insultan.
¿Por qué aquí, sí?... ¿A qué les suena?... ¿Será un eco?...
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