2/4/11

LA AVARICIA... YA SE SABE


La usura, término que, contraviniendo la crítica secular por parte de las distintas culturas y religiones, ha sido impuesto por la sociedad capitalista como pilar indiscutible de la economía, dándole rango incluso de justo contrato, ha llegado a convertir una medida despreciable (el cobro excesivos de intereses) en algo común y cotidano, asumido sin ningún tipo de rubor, hasta el punto de que algunos gobiernos se han visto en la obligación de establecer un límite máximo denominado "tasa de usura", en un intento de ponerle freno a la insaciable voracidad de algunos.

La propia Ausbanc (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios) advierte de que muchos de los servicios por los que nos cobran los bancos, no tienen justificación alguna. Para muestra un botón:

La devolución de los efectos suele ir acompañada de una de las comisiones que más molesta pagar a los usuarios. Éste es el caso de los cheques que no se hacen efectivos debido a que quien extiende el talón no tiene fondos. Además de no cobrar el dinero que a usted le adeudan, tendrá que satisfacer una comisión por la devolución. Ésta puede llegar a ascender a un 5% del importe. Es decir, si el cheque que ingresa tiene un valor de 300.000 pesetas, tendrá que pagar 15.000 al banco o caja, y no cobrará este importe. A esta cantidad, además, ha de sumarle un 0,75% ­en este caso 2.250 pesetas­, si el cheque emitido es de una entidad diferente a la suya. Es lo que se conoce como 'comisión por gestión de cobro', que debe abonar tanto si el talón se hace efectivo como si no se le paga.


Descubierto. Cuando una cuenta se queda en números rojos suele tener una comisión por descubierto, además de estar penalizada con un tipo de interés superior al del mercado. Es decir, si usted se ha quedado sin efectivo y, tras los pagos, su cuenta arroja un descubierto de 200.000 pesetas, tendrá que satisfacer a la entidad 37.500 pesetas (18,75% de interés) por este pseudopréstamo y, además, le cobrarán una comisión por descubierto de 4.800 pesetas. 
 
Créditos. En muchas ocasiones, donde las comisiones resultan más jugosas para las entidades es en los créditos, tanto en los de consumo como en los hipotecarios. Simplemente por solicitar un préstamo para la adquisición de una vivienda, pueden cobrarle entre un 1% y un 2,5% sobre la cuantía que vayan a concederle. Así, si usted pide un crédito de 20 millones de pesetas, tendrá que pagar entre 200.000 y 500.000 pesetas. Una cifra elevada por comprobar si usted será capaz de satisfacer este préstamo. En los créditos al consumo, algunas entidades cobran comisiones por partida doble: de apertura y de estudio. Es decir, si la de apertura es del 1,5% y la de estudio del 0,3%, al final, por solicitar el préstamo, tendrá que pagar un 1,8% sobre la cuantía. Si ésta asciende a cinco millones de pesetas, el desembolso por estos conceptos será de 90.000 pesetas.

Y es que los bancos y cajas ponen precio a casi todo, incluso si usted pretende devolver parte del dinero prestado por anticipado. Por eso, en muchos casos tendrá que pensar detenidamente si le interesa o no amortizar, no sólo por la desgravación fiscal, también por la penalización por cancelación parcial anticipada, que puede ser de hasta un 4%.


Esto hay que sumarlo a los cobros abusivos que te cascan por gastos de gestión, correo, tarjetas, etc. etc. etc. Y no hablemos ya de las hipotecas, de su cancelación, de seguir pagando la deuda aunque se haya entregado la vivienda, de la famosa "claúsula suelo", aquella que dice qué: si el  euribor o cualquier otro índice de referencia establecido, baja de un determinado porcentaje que te marcan, los muy buitres te seguirán cobrando como si no se hubiera producido tal bajada.

Han sido ellos, quienes con su avaricia desmedida y sus negocios sucios y ruines, han llevado a la sociedad a la crisis económica actual, y encima, hemos tenido que ser nosotros, los ciudadanos, con nuestros impuestos, (¿O es que el dinero que les enchufó el gobierno apareció por generación espontánea?) los que hemos tenido que pagar sus monstruosas deudas, ¡sí! para que sigan robando a mansalva, todo ello bajo la pátina de la legalidad.

Pero el no va más; lo que ha terminado de "encenderme" (y pienso llevar esta llama a donde quiera que vaya para que prenda) es el hecho de que, en la mañana de hoy, al solicitar una consulta de saldo en un cajero de mi propia red, concretamente en una oficina del Banco de Santander, quieren cobrarme 60 céntimos de euros (100 de las antiguas pesetas) por la información. ¡No me lo podía creer! Vuelvo a intentarlo por si se trata de un error, pero no... me dice de nuevo que si continúo, me cascará dicha comisión.


El mes toca a su fin y necesito saber si queda algo de saldo que permita aguantar un último embate a mi precaria economía, y van estos"mammones" e intentan rapiñarme 60 céntimos. Reconozco que es una cantidad minúscula... pero como si son 2: ¡un auténtico robo!

¿Recuerdan ustedes la fortuna que amasó Lex Luthor "el malo" de la película Supermán, quedándose con los redondeos? ¡Pues algo así!

Ganas me dan de entrar en la oficina cagándome en todo lo cagable a voz en grito, pero me contengo, habida cuenta de que, ni el Sr. Botín, ni el consejo de administración de la entidad, ni el gobierno de la nación, que permite estas tropelías, se encuentran allí. Pero la rabia me la llevo puesta y mascullo entre dientes:

¡¡¡Ladrones de mierda!!!


Ciudadano Plof

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