Con la ayuda de los peluches que a menudo la acompañan en sus conferencias, puso ejemplos de las capacidades cognitivas de ratas, cerdos y vacas. Ella fue la primera en describir que los chimpancés, además de los humanos, también usaban herramientas. Denunció la dificultad de continuar estudiando esta especie en estado salvaje, ya que muchos están amenazados por el tráfico ilegal, así como por la deforestación y la acidificación de los océanos que impactan en sus ecosistemas.

El tráfico de especies es el tercer negocio ilegal más lucrativo


Fue por la mañana, en una breve atención a medios de comunicación, cuando advirtió a los periodistas: "Estamos viviendo la sexta extinción masiva de especies, causada por nosotros". Su visita a la península es un impulso para la campaña Forever Wild (Salvaje para siempre, en inglés), que el IJG lanzó el año pasado para denunciar el tráfico ilegal de animales salvajes, no solo chimpancés, y concienciar a las futuras generaciones de este problema.

Goodall se refirió al pangolín como la especie más amenazada del planeta, perseguido por cazadores furtivos por sus escamas, que son muy valoradas por la medicina tradicional asiática.


Precisamente, la primatóloga señaló un repunte del tráfico ilegal de especies salvajes en Asia, sobre todo en China, donde los chimpancés también se han convertido en un elemento de entretenimiento, como lo fueron –y siguen siendo– en países de Europa y los Estados Unidos. 

El negocio mueve entre 8.000 y 20.000 millones de euros anuales en todo el mundo y es el tercero más lucrativo, solo por detrás del tráfico ilegal de drogas y armas, según un informe que presentó el pasado mes de junio el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).


Esta no fue la primera vez que Goodall visitaba Barcelona, pero muchas personas hacían cola para tomar una buena posición en el auditorio. La premio Príncipe de Asturias en 2003 aprovechó la cita para hacer apología de la curiosidad.

Hacerse preguntas, cometer errores, no desistir y tener paciencia son habilidades que dijo haber comenzado a aprender con cuatro años durante unas vacaciones familiares en una granja, en su primera experiencia observando animales. 

Jane Goodall en barcelona. / Núria Jar, SINC

Las inquietudes científicas parecían estar bien despiertas entre el público, ya que muchos niños la aplaudieron de pie e hicieron cola para conseguir un autógrafo y una foto con ella.

Aparte de apelar directamente a los más jóvenes, en su intervención no olvidó poner en valor la implicación de las comunidades locales en la sostenibilidad de los proyectos de conservación.


FUENTE: publico.es