24/10/11

NUESTRA DESMEDIDA VANIDAD


Siempre me pregunté qué demonios significaba en realidad eso de ser beato o santo. No entiendo muy bien que significado real tienen esos títulos. ¿Qué implican exactamente? ¿Algo así como  una casta de nobleza espiritual?

La verdad es que no le veo mucha lógica. Porque si el fallecido fue una persona buena y quedó en el recuerdo de los demás, ¿qué le va importar que le otorguemos títulos, cargos o potestades? Me parece una profunda perogullada, por no decir una tomadura de pelo y un atentado contra la inteligencia, eso de elevar a una persona a los altares.

Es nuestra vanidad la que se eleva en un desesperado intento por conseguir intermediarios de fiar en el otro mundo, capaces de gestionarnos favores con la divinidad (si la hay).

¿Por qué, con la excusa de “la casa de dios” elevamos templos magnificentes, cargados de lujos y oropeles, mientras sus “creaturas” mueren de hambre y sed, a lo largo y ancho del planeta? ¿Por qué un líder espiritual ha de ir necesariamente cubierto de joyas? ¿Por qué en la celebraciones rituales han de emplearse útiles de plata, de oro, adornados incluso con piedras preciosas? Tal exhibición de riqueza y boato no tiene justificación posible... ¡Por favor!... repartan su fortuna entre los necesitados, que Dios (si es que existe) no precisa nada de nosotros.

Y es que si hay un dios, o muchos, o ninguno, tampoco necesita de ningún reducto para manifestarse, ni para ser invocado o adorado. Los grandes templos, sus altísimos costes económicos, el tiempo invertido en construirlos y su canon en vidas humanas, vienen a ser también un culto a nuestra desmedida vanidad.

Somos la única criatura capaz de rendirse pleitesía a sí mismo a través de una entelequia.

Mucho me temo que si en efecto hay un ente creador del universo, ni siquiera sea consciente de nuestra existencia como especie. Pero si existe (repito) estará latente en todos los rincones de su creación. Ha de estar oculto en el alma de las pequeñas cosas, en la gente sencilla, en los humildes, en el cariño, en la paz, en la ternura… en todos los seres, en el aire, en la luz, en el mar, en las estrellas...


Ciudadano Plof
 

1 comentario:

  1. gracias por la pagina primo,comparto todo lo escrito,y muchas cosas mas ke podriamos decir sobre la iglesia ,sus valores y su doble moralidad un beso,tu prima,lali

    ResponderEliminar