26/2/11

¡MADRE MÍA!... ¡¡¡QUÉ PELOTA!!!

Me hace llegar, mi amigo Miguel Ángel Guerrero, vía e-mail, la carta que D. Alfonso Ussía (periodista y escritor español, cuyo verdadero nombre es Ildefonso María Ciriaco Ussía Muñoz-Seca) dirige a Esperanza Aguirre Gil de Biedma Borrell y Vega de Seoane (Presidenta de la Comunidad de Madrid) a raíz de su hospitalización en el Hospital Clínico San Carlos de la capital de España, con motivo de la extirpación de un cáncer de mama.




















Personalmente no conozco a dicha señora, ni siquiera soy de su tendencia política, pero le deseo, como haría con cualquier otro ciudadano, una recuperación total e inmediata. Pero lo cortés, no quita lo valiente.

Ciudadano Plof

Aquí adjunto la carta:

ESPERANZA AGUIRRE

21 de febrero de 2011 - Alfonso Usía

Eso es, Esperanza Aguirre Gil de Biedma Borrell y Vega de Seoane. Señora de Ramírez de Haro. Condesa de Murillo y Grande de España. Todo esto por raíz propia y matrimonio. Es de esperar que nadie se sienta ofendido. Concejal y teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Madrid. Ministra de Cultura. Presidenta del Senado. Presidenta de la Comunidad de Madrid. Todo esto por esfuerzo personal, inteligencia y eficacia en el servicio público. Es de esperar que nadie se sienta ofendido. Honesta a carta cabal. Directa en la palabra y el proceder. En sus ratos libres, que son pocos, buena jugadora de golf y muy mala jugadora de tenis. Respecto a lo último, espero que no se ofenda con tan clamorosa verdad. Me hizo perder algunos campeonatos en nuestra juventud. Buena cintura pero algo lenta en la puesta en marcha del muslamen. Habla el inglés y el francés como el español, es decir, perfectamente. Buena nadadora, y si es a contracorriente, mejor. A contracorriente o a contramarea, que suena más a norte. Madrileña y vasca. Antes castiza que de Ondarreta. Muy torpe en los saltos de trampolín. En este apartado del ejercicio físico es en lo único que siempre la he aventajado, y con holgura. Admiraba mis lanzamientos desde la palanca olímpica de las piscinas con mi traje de baño color mandarina. Española hasta la médula, por no escribir que hasta el páncreas. Siempre triunfadora en las urnas, es decir, lo contrario que Trinidad Jiménez. Inteligente y culta, es decir, lo contrario que Leire Pajín. Liberal y demócrata. Su popularidad creciente y las consecuencias de su actividad pública han creado en ella las mayores expectativas. En el PSOE no la tragan por motivos comprensibles. Contra Esperanza Aguirre no tienen nada que hacer.

De golpe nos ha anunciado que tiene un cáncer de mama. Las cosas por su nombre. Por fortuna, descubierto a tiempo y de futuro vencedor. En pocos días estará de nuevo en su despacho para seguir trabajando por Madrid y preparando su campaña electoral. Enamorada de los toros y lo que significa la Fiesta en la cultura española y universal. Canta muy bien las zambas, vidalas y chacareras de los Chalchaleros y los Fronterizos. Ya es abuela. Se ha ganado a pulso todo lo que tiene. La política, para ella, es una vocación, no una necesidad o un medio de supervivencia. Espero que nadie se ofenda con esta apreciación. Detrás de su educación y su sonrisa hay un muro de honestidad y firmeza invencible. Iba a escribir que detrás de su parecer suave hay unos nervios de acero, pero recuerdo a Valle Inclán boicoteando un estreno de Echagaray y me da la risa. Que así decía un personaje de Echegaray: «Parece de seda, pero sus nervios son de acero». Y Valle se incorporó de su butaca y gritó: «¡Eso no es una mujer, es un paraguas!».

Esperanza Aguirre pertenece a la familia liberal del Partido Popular. Nadie le ha subvencionado jamás. Salió de un helicóptero estrellado con la serenidad de los grandes. Mantuvo el tipo en un terrible ataque terrorista en la India. Esta mujer no está preparada para ser vencida por un tumorcillo. Va a ser intervenida en un hospital público. Y en Madrid. Y en España. No en Los Ángeles. Que nadie se ofenda. Te queremos mucho y somos muchos los que te queremos. Ganar una vez más no es complicado. Ánimo, Esperanza.


No he podido reprimirme y la he hecho seguir, a través de mi lista de correos, a conocidos y amigos. Y de pronto, alguien me responde enviando otra carta que, como nobleza obliga, también adjunto:

Solo falta que saque la lengua y le lama el culo; pero todos sabemos de que cuerda es Alfonso Ussía. Le están preparando la cama para, de cara a las próximas elecciones, jugar la baza de dar pena, pero a ésta quisiera verla yo, aguardando a que el oncólogo de turno la reciba, que las mamografias se las hagan despues de siete años de espera (mi caso personal), sentada durante horas en una consulta para que luego te digan que vuelvas otro día. Y sin embargo, los pobres pagadores que somos, tenemos que ver cómo a esta mujer, en una revision rutinaria, se le detecta el cáncer y, automáticamente, la ingresan, la operan y todo sale perfecto. Claro, a mí es a quien no me sale perfecto, yo soy la que pago la Seguridad Social, y ella la que invade un hospital saturado de enfermos, colocándose por delante de todo el mundo, para que encima nos digan que da ejemplo usando la sanidad pública.

"Señora usted tiene dinero para ir donde quiera; deje la sanidad pública en paz, que somos muchos los que pagamos y, ni por asomo, nos sentimos atendidos en la misma medida que usted."

Recuerden que esta señora fue la que dijo que con SEIS MIL EUROS MENSUALES, no le daba para llegar a fin de mes, pero a la gente que cobra 400 € si les da, sí... para pasar hambre, malvivir  y joderse sentados en una consulta, para que luego te digan: "ese medicamento no se lo receto porque  no lo cubre la Seguridad Social".

Bueno no quiero seguir dándoles la vara. Perdonen, pero es me exasperan la prepotencia y el despotismo de algunos.

Montse Ortí Rdguez.

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