Pasado el circo azul -festoneado
de medio sol y verdeante plana
con venillas de azul- tuerce el camino.
Subiendo se quebranta
y vierte hacia otro mundo.
Mundo de escoria y de metal sin nada,
recién quemado, don el mar se atreve.
Y Cadaqués afuera, con pizarra
y olivo, hierro y plata, en las alturas
y plomo, abajo, líquido con láminas
de platino, y con nieve de colina
que baja y se despliega a flor de agua.
Afuera y sin color en la tristeza
donde la sola carnación humana
es como el fuego, y sobra,
y un abismado sueño el mar estanca
Dionisio Ridruejo
(1912 - 1975)
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