Hasta que hoy, a mitad de travesía, lejos aún de atracar la conversación en algún puerto, tuve un problema de índole sexual entre las piernas: ¡se me hincharon de pronto los cojones! Así que decidí arrojar la maleta por la borda y tirarme tras ella. Y aquí estoy, en mitad de la mar, aferrado a su tapa, pataleando, intentando llegar a mis orillas, porque resulta que (contra todo pronóstico ajeno) esta maleta flota.Lo que no entiendo es por qué coño tengo tantos amigos fachas de izquierda y de derecha...
Me arde la lengua, pero no es de mordérmela. Debe ser de la tinta o de la mala leche que me han aderezado con pimienta.
Texto de Miguel Ángel G. Yanes, publicado en el blog "Amontonador urgente de palabras" con fecha 03/02/2013
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