Bartolomé García Lorenzo, joven de 21 años, estudiante de magisterio, fue asesinado por los cuerpos represivos del estado español el 22 de septiembre de 1976 cuando había acudido a visitar a unos familiares en la barriada de Somosierra (Santa Cruz de Tenerife – Islas Canarias)
Tocaron a la puerta del piso y, al abrir, se encaró con dos tipos de paisano metralleta en mano y sin ningún tipo de identificación. Instintivamente cerró de golpe, pero lo cosieron literalmente a tiros a través de la puerta. Fueron recogidos 30 casquillos de bala en el lugar.
La excusa que dio la policía fue que los agentes perseguían al delincuente Ángel Cabrera Batista, alias "El Rubio" a quién se acusaba del secuestro del empresario grancacanario Eufemiano Fuentes, pero para el vecindario estaba claro que había sido una medida encaminada a amedrentar a sindicalistas y políticos que, en los barrios obreros de Somosierra y García Escámez, se habían atrevido a plantar cara a la dictadura franquista.
Fueron seis los agentes condenados (cuatro de ellos pertenecientes al extinto Cuerpo Superior de Policía, y los otros dos, a la antigua Policía Armada) por la Audiencia de Tenerife. La sentencia fue firme a finales de 1982, y como "autores de un delito de homicidio con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta del cumplimiento del deber" y, aunque la defensa de la familia del fallecido había pedido 12 años de prisión y de inhabilitación profesional, a los agentes juzgados sólo se les impuso una pena de "dos años de prisión y suspensión de todo cargo público, profesión u oficio". La justicia consideró extinguidas las responsabilidades de los policías en 1986 y hoy en día continúan en activo.
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