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18/7/17

LA OPOSICIÓN REDOBLA LA APUESTA EN VENEZUELA


Sólo espíritus ingenuos pueden desconocer que la oposición venezolana está instrumentando una estrategia a dos puntas para derrocar al presidente constitucional de ese país. 

Un sector (el liderado por Henrique Capriles) optó por desatar la violencia en sus variantes más aberrantes como forma de instalar la imagen de una “crisis humanitaria” -producto del desabastecimiento planificado de productos de primera necesidad y la orgía de ataques, saqueos, “guarimbas”, incendios a personas vivas y atentados con “bombas molotov” a escuelas y hospitales- que sirva como preludio a una invasión no menos “humanitaria” del Comando Sur y, aplicando la receta utilizada en Libia para derrocar y linchar a Gadafi, producir el ansiado “cambio de régimen” en Venezuela.


Hay un sector de la oposición que no concuerda con esa metodología porque barrunta que el final puede ser una guerra civil en donde las masas chavistas, quietas por ahora, salgan a dar batalla y pongan fin al enfrentamiento infligiendo una aplastante derrota a los golpistas. Pero esta ala de la oposición, llamémosla institucional o dialoguista (aunque en realidad no sea ni lo uno ni lo otro) estuvo durante estos meses sometida a la intimidación o lisa y llana extorsión de la fracción violentista que juzgaba como una incalificable traición el sólo hecho de sentarse a negociar con el gobierno una salida no violenta a la crisis.

Pero ahora las cosas parecen cambiar, y para mal. ¿Por qué? Porque al parecer las estrategias de ambas fracciones se han unificado bajo la batuta que desde Estados Unidos lleva el Comando Sur (el binomio terrorista formado por el Almirante Kurt W. Tidd y la ex embajadora en Paraguay y Brasil en tiempos de golpe de estado, Liliana Ayalde).











Debido a ello los sectores “dialoguista” han convocado, para este domingo 16 de Julio, a un plebiscito o "consulta soberana" que no es otra cosa que la antesala de un golpe de estado porque en dicho ejercicio se le preguntará a la ciudadanía si quiere o no un cambio total e inmediato de gobierno y, simultáneamente, decretar la ilegitimidad de la legal convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente programada para el día 30 de Julio y que ha registrado ya más de cincuenta y cinco mil candidaturas en todo el país.

Pero la oposición no quiere esperar todo ese tiempo y mucho menos competir en una elección con todas las reglas. Por eso montó este ejercicio absolutamente informal, sin ningún tipo de garantías ni registros; ni padrones electorales ni normas de recuento y fiscalización pública, en un país en donde, según lo asegurara el ex presidente Jimmy Carter, el sistema electoral es más transparente y confiable que el de Estados Unidos.


Es más, según lo afirmara Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, una vez que las improvisadas mesas receptoras de votos terminaran su recuento y se proclamara el resultado del plebiscito –que obviamente darían el triunfo a quienes votaron derogar de inmediato al gobierno de Maduro - las actas serían quemadas para evitar futuras represalias del chavismo y, de paso, cualquier tipo de verificación independiente.

 Además, dijo que “el único requisito para poder emitir su opinión en la consulta popular es presentar su cédula de identidad, vencida o no, en cualquiera de los puntos soberanos” y, sin decirlo, dejó entrever que los ciudadanos podrán votar cuántas veces quieran y donde deseen. Va de suyo que el gobierno bolivariano, como cualquier otro, desconocerá esta patética pantomima lo cual provocará la furiosa protesta de los antichavistas que, atizados por la propaganda de la derecha golpista, se sentirán estafados en su voluntad escalando a nuevos niveles de violencia la confrontación que ya azota al país.


Los autoproclamados defensores de la democracia y la república en nuestros países (así como el impresentable Secretario General de la OEA, Luis Almagro) han expresado su simpatía ante este estallido anómico que celebran como si fuera un venturoso florecimiento del protagonismo de la sociedad civil en Venezuela, que no es más que una siniestra maniobra para desatar una crisis que abra la puerta a una invasión del Comando Sur, eventualidad que es reconocida explícitamente por algunos personajes más moderados de la MUD, como el ya mencionado Ochoa Antich. Habrá que ver qué sucede este próximo domingo [nota escrita antes del 16 de julio] en Venezuela, y también cuál podría ser la repercusión en nuestros países.

Quienes han manifestado su complacencia con esta iniciativa golpista de la oposición antichavista –políticos del establishment latinoamericano y la “prensa corrupta”, como la designara el ex presidente Rafael Correa- harían bien en pensarlo dos veces. No vaya a ser que aparezcan quienes, inspirados en el ejemplo venezolano, decidan también convocar a una “consulta soberana” para preguntarle a la ciudadanía, ante la grave crisis que afecta a nuestros países, si Mauricio Macri, Enrique Peña Nieto o Michel Temer deben o no continuar ejerciendo la presidencia.


Si los sempiternos custodios de la democracia y las instituciones republicanas en Argentina, Brasil o México convalidan –sea abiertamente o con su silencio cómplice- la payasada que se escenificará este próximo domingo en Venezuela no deberían sorprenderse si al cabo de un tiempo una iniciativa similar fuese propuesta para ser llevada a la práctica en estos países

Para nadie es un misterio que la legitimidad de sus gobiernos está profundamente cuestionada –la estafa post electoral del macrismo en Argentina, el golpe de la cleptocracia en Brasil, la abismal crisis política y social en México- y que la crisis económica y las políticas de ajuste han intensificado a tal extremo la explotación y los padecimientos de las masas populares que sería temerario descartar una violenta irrupción de rebeldía plebeya, misma que encontraría en una “consulta soberana” como la que próximamente se realizará en Venezuela, el pretexto ideal para tratar de poner fin, antes de tiempo, a gobiernos repudiados por la gran mayoría de sus ciudadanos.


FUENTE:  rebelion.org
Atilio A. Boron
17/07/2017

15/4/13

AUN SIN HUGO CHÁVEZ...

EL CHAVISMO SIGUE ADELANTE



El proyecto socializador de Hugo Chávez sigue adelante aun sin él. Su delfín, Nicolás Maduro, ha logrado imponerse en la jornada electoral de ayer, aunque por escaso margen, a su oponente Henrique Capriles que, ante la mínima diferencia entre ambos, ha solicitado un nuevo recuento de los votos, a lo que no sé si se prestará el ganador.


Ahora cabe esperar que, sea cual sea el resultado final y favorezca a quien favorezca, no comiencen a tirarse los trastos a la cabeza, para que la convivencia no se enquiste, ni degenere en actos violentos que puedan llevar a un caos que termine abriéndole las puertas a "los salvadores de siempre".


Cabe esperar también que, si Nicolás Maduro logra gobernar (si es que lo dejan), sus correligionarios no acaben traicionando el proyecto chavista, y consigan erradicar corrupción, nepotismo, violencia y otras lacras, para seguir adelante con el intento de equilibrio social de la sociedad venezolana: más cultura, más educación, mejor sanidad, mejores viviendas, mejores salarios, y todo aquello que pueda generar igualdad de oportunidades entre la población, así como un reparto más justo de la riqueza.


"Ruega para que así sea".

18/12/12

20 DE 23

Algunas cosas que Maquiavelo no supo de Chávez


Cuando Maquiavelo escribió El príncipe, pocas eran las noticias que llegaban del Nuevo Mundo. En cualquier caso, noticias de bárbaros, caníbales, de gente sin Dios, sujetos determinados por la fortuna a la obediencia y la sumisión. Si el florentino estaba inaugurando la moderna ciencia política al separar el cargo del príncipe de su propia condición (no bastaba la cercanía con el Supremo, sino que debía ganarse el trono y luchar por mantenerlo, es decir, debía hacer política), estaba igualmente cargando las tintas en una manera de lograr el orden público donde el miedo y la amenaza eran esenciales. Bartolomé de las Casas terminaría viendo en los indios alguna suerte de habitantes buenos de un buen paraíso. Horas antes de las recientes elecciones de Venezuela, el premio nobel de la paz Barack Obama recordó que en esa parte de América del Sur llamada República Bolivariana de Venezuela no había libertades. Esa costumbre tan norteamericana de inmiscuirse en las elecciones de otros lugares. La culpa del liberticidio, como siempre desde 1998, era de Chávez. Ni un comentario sobre su salud ("no comentamos sobre la salud del Presidente venezolano"), pero comentarios sobre el resultado deseado de las elecciones. Los imperios tienen raros protocolos. En ese momento, un niño estaba a punto de entrar en un colegio para asesinar a otros niños con armas que construyen y venden los adultos. Pero lo relevante era Chávez. Los indios siguen siendo menos predecibles para los herederos de los puritanos ingleses del Mayflower.

Hugo Chávez

La oposición venezolana acaba de recibir otro soberano revolcón en las urnas. Y van 16, de 17 elecciones, ganadas por Chávez . De 23 Estados, 20 se han vestido de rojo. La oposición ha perdido, incluso, la plaza que le permitió articular las dos últimas candidaturas contra Chávez, el Zulia, el Estado petrolero garantía de los desembolsos provenientes de los Estados Unidos. En algunos Estados, la diferencia ha sido de más de 50 puntos de distancia. Por parte de la oposición, la única victoria real, y por apenas seis puntos, ha sido en Miranda, a donde regresó el gobernador Capriles Radonski después del varapalo del 7 de octubre. Le iba en ello tener la posibilidad de volver a presentarse. Aunque el magro resultado obtenido y el fardo de la derrota en las elecciones presidenciales, no le hacen tener todas consigo a la hora de volver a ganar el apoyo de todas las fuerzas que configuran la otrora llamada "Mesa de la unidad".


Ante un candidato perdedor, las razones para la unidad se disipan, y Acción Democrática (el partido amigo de Felipe González), no va a estar muy dispuesto a regalarle a nadie la posibilidad de presentar a un candidato propio como hiciera en las elecciones pasadas al perder las primarias. La socialdemocracia vertebró Venezuela durante la IV República y no va a tropezar dos veces en la misma piedra. Veremos de nuevo, por tanto, una profunda discusión dentro de las filas del antichavismo, algo, por otro lado, muy propio de una oposición que no termina de tener patria (un argumento "exonerador" expresado por la oposición para dar cuenta de la derrota en las elecciones, ha sido la fecha de los comicios: "los chavistas escogieron estas fechas porque saben que la clase media se va de vacaciones y no vota". Un argumento principesco. Cosas, seguro, de los antiguos tiempos donde la renta petrolera fluía en una sola dirección).

La rotunda victoria del chavismo aclara el panorama y permite construir escenarios desde la variable, aún primordial en el escenario venezolano, "enfermedad de Chávez". En primer lugar, enfría la soberbia nada democrática de la oposición, que estaba ya asesinando o inhabilitando al Presidente, convocando elecciones pasado mañana y ganando sí o sí unas nuevas elecciones cuyo heraldo debía ser el resultado, brillante según la torpe lectura de los asesores y medios de la oposición, en estas elecciones. La victoria de Capriles Radonski en Miranda le da una oportunidad personal, pero en modo alguno ha salido nominado como el candidato único en las previsibles próximas elecciones.

Henrique Capriles

Por parte del chavismo, el resultado tiene cuatro variables. En primer lugar, la satisfacción de haber cumplido con el Presidente convaleciente. En tiempos en los que la elegancia social del regalo pretende suplir la falta de cuidado y atención de las personas, el pueblo de Venezuela ha entendido, para su propio sosiego, que no había mejor regalo para el Presidente que un mapa teñido de rojo bolivariano. En segundo lugar, se consolida la unión cívico-militar. De las 20 gobernaciones, 11 han sido ganadas por militares en situación de retiro (en Venezuela es común alcanzar el generalato a los 55 años), lo que demuestra un compromiso de los uniformados bien alejado de lo que fue la tónica en el continente en esos tiempos en que América, según los Estados Unidos, era de "los americanos". La satisfacción con el resultado de Diosdado Cabello, quien funge como interlocutor político del cuerpo, era una evidente prueba de que los militares habían hecho su parte de tarea. En tercer lugar, son las primeras elecciones que ha ganado Nicolás Maduro, lo que va disipando ruido y va sembrando la legitimidad del candidato después de que Chávez lo señalara como su sucesor deseado antes de la última operación. Por último, las elecciones suponen un salto en la construcción de lo que se llama "geometría del poder", uno de los motores constituyentes rumbo al socialismo del siglo XXI. Se trata de la reinvención del Estado sobre la base de las comunas, lo que reclama un apoyo territorial que pasa por el poder ahora conseguido en las gobernaciones y el futuro en las alcaldías (previsto para abril del próximo año, cuando tendrán lugar las próximas elecciones). Este resultado, junto con la sanción popular dada el 7 de octubre al Plan socialista de la Patria 2013-2019, trazan una hoja de ruta tan clara como apoyada por la soberanía popular.

Nicolás Maduro

Con estos escenarios, parece que la continuación del proceso bolivariano sin la presencia de Chávez en la primera línea de fuego está garantizada. Si el Presidente no pudiera tomar posesión el 10 de enero, la obligatoria convocatoria de nuevas elecciones encontraría al candidato Nicolás Maduro en una mejor posición que hace unos meses (lo que puede explicar el sacrificio de Chávez de hacer una campaña electoral echando el resto, aun sabiendo que lo sensato en términos personales hubiera sido descansar). En unas elecciones inmediatas, la oposición no se habría aún recuperado de sus derrotas y Maduro recibiría una transferencia plena del apoyo a Chávez (siempre y cuando la unidad del chavismo siguiera siendo la pauta, como parece el caso). Si la recuperación se acelerase y Chávez pudiera tomar posesión, igualmente parece probable un escenario donde las elecciones se adelantarían (dudo que ese pueblo que ha llorado con la enfermedad de Chávez, dejara que el Presidente volviera a anteponer su salud a la tarea pública), siendo ese tiempo, que nunca debiera ser superior a un año (una sucesión no puede ser eterna), utilizado para avanzar en el cumplimiento del plan socialista 2013-2019 y para consolidar la figura de Maduro.

Cuando se acude al panteón de Ilustres de América Latina, la figura de los libertadores emerge como la más poderosa. No es extraño que Chávez sea visto como el último libertador que tendrá la América. Para tamaña gesta hacen falta enormes enemigos. Bolívar peleó contra el decadente imperio español. Chávez, contra el poderoso imperio del neoliberalismo. Esa pelea lo ha forjado como un referente mundial. En esa lucha, Chávez no escogió, como ayer, las armas, sino la determinación, el coraje, el convencimiento y el aparato legal y político de las democracias liberales (Constitución, partidos, leyes, tribunales, participación, soberanía). Las armas esenciales para poder desbordar las insuficiencias de ese modelo. Mientras Europa anula sus constituciones para imponer el neoliberalismo, en Venezuela utilizaron las herramientas emancipadoras de las mismas para sentar las bases de un nuevo modelo.


Pero ahí no se agotaban los recursos. Faltaba un arma secreta. La que puede vencer a las desigualdades del capitalismo en crisis. La que puede convertir el odio en una pasión constructiva. La que invita a bajar la bandera propia para dejar ver la bandera colectiva. El arma que Maquiavelo no supo de Chávez: al amor insensato de un pueblo. Un amor capaz de ir contra el imperio más poderoso de la historia, un amor contra las oligarquías, un amor contra los militares anclados en la torturadora Escuela de la Américas, un amor contra la conversión de la vida en un intercambio de mercancías, un amor contra el Vaticano y su anuncio de catástrofes, un amor contra todos los poderosos del mundo.

Que somos pasión y razón lo olvidó Europa caminando ciega a través de esa línea terrible que va de Descartes a Auschwitz. En Venezuela, un país profundamente consumista, hay cosas que, todavía, ni se compran ni se venden. Quizá por eso han puesto en marcha una revolución. El tiempo no es oro y, como recuerda Galeano, no estamos hechos de células sino de historias. Porque sólo en las periferias, sólo en la frontera, no todo está perdido. Quizá por eso lloran en Venezuela por un político que está enfermo. Quizá por eso blasfeman contra Chávez y le regañan por ser un militar que habla tanto, por eso le reclaman que está rodeado de ineficientes y corruptos y le urgen a que cumpla todo lo prometido. Por eso se engañan a sí mismos diciendo que "Chávez es nuestro infiltrado en este gobierno de mierda" y se engañan a sí mismos cuando quieren creerse mejores que los que les gobiernan. Entonces, vuelven a llorar cuando piensan que pueden perderlo y entienden que todos los regaños van dirigidos a la única persona que, después de tantos años, estaba dispuesta a escucharlos.

Hugo Chávez

Venezuela ha tenido que hacerse mayor deprisa y corriendo por la enfermedad del padre. El niño se seca las lágrimas y mira en el horizonte desde esa misma esquina.

Datos tomados de Público.esJuan Carlos Monedero
Profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid

COMENTARIOS:

Republicaine
El triunfo del chavismo no es más que el resultado de los beneficios sociales que el proceso de transformación social ha llevado a las enormes masas de desfavorecidos de Venezuela.
Tanto esfuerzo de desarrollo social y de entrega incansable a la mejora de las condiciones sociales de su pueblo se ha llevado por delante la salud de Hugo Chávez.
El camino está hecho y hay que continuarlo. Otros lo harán por él. Ojalá que tengan el mismo liderazgo y su capacidad de aglutinar fuerzas en torno al proyecto revolucionario.

Michael Hartmann
Maquiavelo no sabía que el COPEI (Comité de Organización Política Electoral Independiente) siglas bajo las que gobernó el Partido Popular Socialcristiano, dejó a Venezuela con el horror del 73% de pobreza
El 20% de analfabetismo
El 85% de las tierras en manos del 0,3% de latifundistas dueños de la gleba esclavista en el campo
La vivienda en manos de cuatro clanes inmobiliarios
Una cesantía comparable con la que tiene el eunuco Rajoy en España
Un acceso a la salud de sólo la tercera parte de la población

La educación vedada a las mayorías, y las universidades estamentos de empresas de negocios para las élites
Que cobraba por enviar su petróleo a USA la ridícula suma del 3% en impuestos
Que era uno de los paraísos fiscales guarida de delincuentes de todo el contienente
Que la policía y las FFAA reprimían cualquier protesta con cárcel y muerte, y que el COPEI salió elegido después de una dictadura militar y que nada cambió.

Spartako
Me alegro del resultado electoral. El pueblo de Venezuela sigue con Chávez, por mucho que se empeñen en manipular la realidad los medios de comunicación que están en manos de la oligarquía.

Tallaret
No conozco la realidad venezolana para poder opinar sobre ello, y me tengo que fiar de las opiniones de personas como Juan Carlos Monedero que, doy por hecho, estará más y mejor informado que yo.
También declaro que no todo lo que hace Chávez me gusta, pero soy consciente de que en latinoamérica, darle la vuelta a cómo la dejamos los españoles, es una tarea de titanes, y Hugo Chávez es uno de ellos. Esto es de agradecer en los tiempos que corren.
Salud y República.