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28/11/16

USTEDES DECIDEN...

¿Delincuentes o ciudadanos honestos en las Fuerzas Armadas españolas? 


Las Fuerzas Armadas españolas tienen espacio hoy para agresores y acosadores sexuales condenados, torturadores, malversadores, consumidores de drogas, e incluso para maltratadores; no tienen espacio sin embargo para Luis Gonzalo Segura, denunciante de los casos de corrupción de los que ha sido testigo en sus 13 años de servicio en el Ejército de Tierra, quien ha expresado además públicamente su deseo de un modelo de Ejército en el que todos esos delincuentes no tengan cabida.

La Justicia Militar ha permitido hasta la fecha que todos los mandos condenados por acoso y agresión sexual (incluido un capitán condenado por 28 agresiones sexuales o el teniente coronel que acosó sexualmente a Zaida Cantera) sigan siendo militares.

De la misma forma ha permitido que los nada más y nada menos que casi 3.000 oficiales y suboficiales del Ejército del Aire involucrados en el fraude de facturas falsas continúen en su puesto de trabajo (caso en el que ni siquiera hubo prisión para los cien casos más graves, cerrados con multas y prescripciones). Es más, ningún mando ha sido expulsado de las Fuerzas Armadas por malversaciones, ni tan siquiera el teniente que vendió por Ebay casi cien ordenadores sustraídos de los almacenes del Ejército.


Tribunal Supremo de Justicia Militar

Ahondando más en esta forma de actuación, tampoco se han expulsado a altos mandos militares que han llegado a amenazar a la ciudadanía o han realizado manifestaciones pseudofascistas (casos, por ejemplo, como el del teniente coronel Ayuso o el teniente general Mena). Más grave todavía es la exoneración de los seis militares que participaron en la paliza a dos prisioneros en Irak, los cuales siguen desempeñando sus funciones sin ni siquiera haber sufrido arrestos por lo acontecido.

Ante este escenario, precisamente denunciado por el teniente Segura, tanto los 139 días de arresto como la expulsión ya sufridos se antojan más como una venganza que como un castigo y queda más que en evidencia la absoluta falta de proporcionalidad. Toda decisión del Tribunal Supremo que no anule la sanción, teniendo en cuenta además que el teniente Segura utilizó los cauces reglamentarios (informes a sus superiores, denuncias ante la justicia militar e incluso una solicitud de audiencia ante el JEME), a lo único que conducirá será a la legitimación del uso de la justicia interna militar como herramienta de castigo (el teniente Segura no ha sido juzgado nunca en un tribunal militar, sino que fueron sus propios jefes los que le encerraron y expulsaron, no un juez militar).

La situación queda agravada aun más si se tiene en cuenta que un organismo internacional, independiente y prestigioso como Transparencia Internacional destacó en el año 2015 la labor de denuncia y la contribución a la transparencia realizadas por el teniente Segura. Un fallo del Tribunal Supremo contra el teniente Segura sería un fallo contra Transparencia Internacional.


Nueva cúpula del Ejército español:
General Jaime Domínguez Buj, Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME)
Almirante Jaime Muñoz Delgado, Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA)
General Francisco Javier García Arnáiz, Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA)

Es importante recordar la cantidad de agentes sociales que se han posicionado a favor del restablecimiento en su puesto de trabajo del teniente Segura en las últimas semanas, así como el deseo expresado en las urnas por el pueblo español en las pasadas elecciones generales del 26 de junio, en las cuales una mayoría amplia de la ciudadanía depositó su confianza en partidos comprometidos con una Ley Integral de protección para los denunciantes de corrupción tras el compromiso adquirido con la Plataforma por la Honestidad por la mayoría de partidos con representación en la Cámara baja.

Un fallo contra el teniente Segura significaría fallar contra la futura ley de protección al denunciante y situarnos de nuevo en el abismo de los cuatro únicos países de la OCDE que castigan en lugar de proteger los Derechos Humanos de estas personas.

Es Luis Gonzalo Segura además un ciudadano comprometido con la sociedad, que está impulsando junto a otros denunciantes como Ana Garrido Ramos, denunciante de la trama Gürtel, Roberto Macías, denunciante de las facturas falsas de UGT Andalucía, una ley que proteja a las personas que deciden denunciar los hechos delictivos de los que son testigos en las instituciones públicas. 

  

Estas personas solo piden que se les restablezca el mismo estatus social y económico que tenían antes de denunciar estos hechos delictivos; no buscan recompensas, tan solo piden justicia y una vida normal, como la que tenían antes de sus denuncias.

Señores/as" de la Sala de lo militar del Tribunal Supremo, tienen ustedes la oportunidad de ser parte importante de la regeneración de las instituciones del Estado. Pueden poner la primera piedra haciendo justicia el próximo martes 29 de noviembre, simplemente restableciendo en su puesto de trabajo a una persona honesta, decente y comprometida con la sociedad. 


Juntos/as lo conseguiremos. Justicia para Luis Gonzalo Segura el martes 29 de noviembre. Por la Honestidad en las instituciones.

Luis Gonzalo Segura

FUENTE: publico.es
Pedro Arancón( presidente de la Plataforma por la Honestidad)


Es que si, por el mero hecho de haber denunciado la corrupción imperante en el ejército, a este hombre no se le reintegra en su puesto, los ciudadanos terminaremos entendiendo que, mande quien mande, la estructura del "estado de derecho" está bastante torcida, sobre todo en las Fuerzas Armadas Españolas, y que la consiguiente herrumbre, óxido u orín, lo contamina todo.

12/3/15

¿ESTÁIS ORGULLOSOS?

Acabo de ver el programa Salvados en el que se ha tratado el tema de la capitán Zaida Cantera (ahora ya Comandante) y me he quedado sin palabras. Ver cómo tiritaba nerviosa mientras desnudaba su vida delante de toda la sociedad en busca, de forma desesperada, de una justicia que no ha conseguido obtener en el ámbito militar, me ha dejado dolorido como no pensaba. La crudeza de una persona que tiene que buscar a la Justicia en un medio de comunicación, porque es inexistente en el mundo castrense, ha resultado desoladora. Aún estoy emocionado por su relato y con los ojos llorosos.

Programa Salvados (Jordi Évole entrevistando a Zaida Cantera)

Zaida, siento de corazón que una persona como tú haya tenido que renunciar a su sueño y que, muy probablemente, jamás puedas ser militar aun cuando te permitiesen serlo, ya que las heridas que te han infligido, la injusticia tan desoladora que has sufrido, la traición con la que te han desgarrado tus propios compañeros, tus propios jurídicos, tu propio Ejército, tu propio Estado, tu propio país, tu propia bandera, esa que juraste defender hasta la muerte, te han herido de muerte (los que sabemos de ti, porque yo soy de transmisiones como tú y nuestro mundo es muy pequeño, tenemos el pleno convencimiento de que habrías sido capaz de ofrecer tu vida sin dudarlo).

 Zaida Cantera

Yo jamás he sido, ni seré, tan brillante como tú, jamás habría conseguido ser tan buen oficial como tú, y desde luego, hoy me has demostrado que tengo muchísimo que aprender de ti como persona. Este sacrificio te traerá muchos problemas, eso es cierto, pero hoy has dado también tu vida por tu país, has ofrecido un mayor sacrificio del que los ciudadanos y la historia te habrían exigido. Hoy has hecho mucho más que la mayoría de los militares, has dado mucho más que tu sangre, hoy has entregado tu carrera militar —que es más difícil de derramar por un alto mando que la propia sangre por sorprendente que resulte— y te has sacrificado por miles de militares que necesitaban de un OFICIAL como tú que les protegiera y muriera por ellos. Hoy lo has hecho y podrás dormir con algo que todos esos altos mandos militares infames —que denigran el uniforme al convertirlo en un tablero de Juego de Tronos al servicio de sus intereses y ascensos— jamás tendrán: la satisfacción del deber cumplido.


Hoy me siento abochornado porque un suceso así haya podido producirse, un bochorno que oscila entre la repugnancia y la impotencia, la rabia contenida. Y por eso y por mucho más, por todas las Zaidas que hay en las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil yo pregunto:

¿Se sienten orgullosos todos los compañeros y superiores que miraron para otro lado?

¿Les resulta gratificante hoy su salario? ¿Van a enseñar a sus hijos a exterminar a todas las Zaidas para que la Institución siga limpia delante de los ciudadanos?

¿Se sienten orgullosos todos los jurídicos que miraron para otro lado?


Excelentísimo Señor General de Ejército JEME D. Jaime Domínguez Buj, ¿se siente usted orgulloso de lo que ha hecho?


Excelentísimo Señor Ministro de Defensa D. Pedro Morenés Eulate —y todos los altos cargos del Ministerio—, ¿se siente usted orgulloso de lo que ha hecho?


¿Se sienten orgullosos todos los políticos del PP y del PSOE que miraron para otro lado y han dado cobijo durante años —y décadas— a toda esta cúpula militar?


Alteza o Majestad —yo no soy muy bueno para estas cuestiones— D. Felipe VI, ¿éstas son las Fuerzas Armadas que usted quiere liderar? ¿Se siente orgulloso de ellas? ¿Va a mirar hacia otro lado ante la gravedad de los sucesos que acontecen o piensa, por el contrario, hacer algo? ¿Va a estar del lado de estos señores o va a empezar a proteger a los que sufren burdas cacerías? ¿Piensa impulsar la necesaria reforma de las Fuerzas Armadas o va a permitir que sigan en este lamentable estado?

Yo, a día de hoy, no tengo respuesta para todas esas preguntas, pero sí puedo decir que siento verdadera repulsión por lo que le ha pasado a Zaida y por lo que le está pasando a muchos otros militares y guardias civiles; siento vergüenza por todos esos altos mandos que están haciendo un daño irreparable a todos esos militares y guardias civiles honrados, porque también hay muchas personas honradas y extraordinarios profesionales que no se merecen todo lo que sucede.


Hoy, ya no hay marcha atrás, ya no valen las medias tintas. Hoy, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil viven una cruenta batalla por la regeneración y todo aquel que permanezca impertérrito y anteponga su carrera militar a su verdadera obligación —regenerar esta insoportable situación— quiero que tenga claro que ha tomado partido, que ha decidido estar del lado de los corruptos, infames y mediocres, que ha traicionado al resto de militares y ciudadanos y, lo peor de todo, es que se ha traicionado a sí mismo, a sus valores, a su propia familia y a sus ciudadanos. Ya no vale eso de yo no fui, no recuerdo o yo no me llevé dinero a casa, ahora lo importante es yo fui valiente y denuncié o yo fui un cobarde y callé. Espero, por tanto, que los que calléis disfrutéis de vuestras medallas y ascensos y que lo hagáis con la misma satisfacción que tendrán todos esos que asistieron al juicio de Zaida y que repetían una y otra vez no recuerdo, no recuerdo… O todos esos altos mandos, jurídicos militares y altos cargos del Ministerio que siguen permitiendo que todo esto suceda.

Yo hoy me siento orgulloso de Zaida. Me siento orgulloso de usted.

Luis Gonzalo Segura

¡A sus órdenes, mi comandante!

FUENTE: publico.es
Un paso al frente
Teniente Luis Gonzalo Segura
08 mar 2015

COMENTARIOS


No estoy a favor de la existencia de esa institución. Si modernización significa civilizar (véase el doble sentido: volver civil y eliminar el salvajismo) al ejercito, perfecto. Si la policía y los bomberos pueden funcionar como cuerpos civiles, las fuerza armadas también. Que sean absorbidas por Interior, y que nos defienda un ejército conjunto europeo... por si a Marruecos o a Andorra se les ocurre invadirnos.

 
Nosotros , el pueblo, si que nos sentimos orgullosos de personas como vosotros, que con un valor (esto si es valor y no el que se supone) a prueba de bombas (o de "Torquemadas") lucháis por un ejército democrático.
Honor es lo que vosotros representáis.
Un saludo muy afectuoso.



Ánimo teniente, ánimo comandante, ánimo a todos los que sufren este tipo de vejaciones e injusticias. Los de abajo somos muchos más, y tenemos algo importantísmo que ganar: LA DIGNIDAD.





Me he encontrado una "e". 

¿Se le ha caído a alguien?