22/7/11

DEMÓCRATAS POR COJONES

Esa medida de extender la "democracia" por el mundo, sí o sí, nos está trayendo mil y un quebraderos de cabeza, nos está costando una gran cantidad de vidas humanas, de uno y otro lado, y no está sirviendo para puñetera cosa. Bueno... en realidad está sirviendo para que los de siempre colmen sus bolsillos a manos llenas, pero para lo esencial que, se suponía, era conseguir mayor bienestar y libertad para los pueblos, ¡"na de na"¡ Por lo que, urge preguntarse: ¿Este afán desmedido de expandir por el mundo una determinada "democracia", no será sólo una cortina de humo? ¿Con la excusa de acabar con el terrorismo internacional, no se estarán jugando determinadas bazas para controlar los recursos de los países a "democratizar"? ¿No se estarán posicionando los "democratizadores" en zonas claves por donde fluyen esos recursos hacia terceros países?


El ejemplo de Iraq, para mí es el más elocuente. Era un país dominado por un dictador, cierto, pero era, aparte de una potencia militar (armada hasta los dientes por Occidente, como freno al fundamentalismo islámico representado por Irán) un país con una economía boyante y un nivel de vida bastante aceptable, en el que, valga este detalle, la mujer había accedido a la universidad y ocupaba un lugar preeminente en la sociedad, al contario que en el resto de países de la zona.

No se puede imponer una "democracia por cojones", a pueblos con una cultura milenaria tras de sí, porque nos guste o no, existe una tradición, unas normas, unas costumbres, una religiosidad, que hay que respetar. Ya se rebelerán, exigiendo lo que crean justo a sus dirigentes, o quitándolos del medio si lo consideran necesario, cuando la situación esté madura para ello, pero no obedeciendo a consignas e intereses extranjeros, que lo que buscan en realidad es hacerse con el control total de sus recursos; en este caso de sus reservas petrolíferas.


Tras la invasión de Iraq en 2003 por parte de una coalición internacional, comandada por estadounidenses y británicos (¡qué tándem!) en la que murieron cientos de miles de civiles, atrapados en combates y bombardeos, se produjo el colapso de las infrastructuras sociales y económicas del país, lo que ocasionó el empobrecimiento de la población, la carencia de servicios esenciales y de productos de primera necesidad, y posteriormente, una solapada guerra civil por motivos étnicos, tribales y sectarios que, sumada a la guerra de guerrillas que lleva a cabo la resistencia, en un intento desesperado por librarse de sus invasores, han arrastrado el país a la catastrófica situación actual.

La tradición cultural de Iraq es fundamentalmente árabe, y por ende, su religión islámica, aunque existen en su seno diferentes escuelas y ramas, siendo las principales, suníes y chiíes. Esta división ha sido aprovechada por los invasores para enfrentarlos entre si. Nunca está demasiado claro quién o quiénes son los que provocan los múltiples atentados que sacuden el país, pero el caos es absoluto y la ruina evidente.


La pregunta es simple: ¿Está mejor el pueblo iraquí ahora que antes? Y la respuesta también es simple y categórica: ¡No! Todo lo contrario. Ahora está sumido en la miseria y la desesperación.

Ciudadano Plof

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