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8/1/16

POLICÍAS DE IZQUIERDA

Policías de izquierda en la clandestinidad


José Tejero, policía y fundador del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), narra en un libro cómo los policías demócratas lucharon de 1976 a 1985 por crear un cuerpo de seguridad civil.

Comité Ejecutivo del SUP en la clandestinidad.
El comité ejecutivo del SUP en la clandestinidad, durante una asamblea celebrada en marzo de 1984

Cómo pasar de una policía militar a una civil como elemento fundamental para que en la España de la Transición se asentara la democracia. Eso es lo que cuenta en su libro "Memorias de una lucha clandestina", José Tejero, uno de los fundadores de las primeras células creadas por policías de izquierdas tras la muerte de Franco.

Cinco nombres son clave para entender cómo nació el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), el que tiene más número de afiliados en estos momentos: José López, Guillermo Gómez, José María Osorno, Manuel Tapada y Carlos Jiménez. Cinco hombres sevillanos con inquietudes políticas de izquierdas que desde 1977 comenzaron a organizar la primera célula clandestina y, reunión a reunión, el 28 de febrero de 1978 sentaron las bases del sindicato al que José Tejero también se unió en la clandestinidad. Así, paso a paso, consiguieron alcanzar más de 12.000 afiliados antes de llegar a la mitad de la década de los 80. 



La revolución había empezado dos años antes. La primera manifestación de policías y guardias civiles tuvo lugar en diciembre de 1976 cuando, explica Tejero en su libro, “cuatrocientos policías armados, guardias civiles e inspectores del Cuerpo General de Policía se concentraron en la plaza de Oriente y se dirigieron a la Dirección General de Seguridad rechazando la sanidad militar”. Ese era el inicio, el fin fue dejar de ser una policía militar para convertirse en un cuerpo civil y democrático.

La represión

Rodolfo Martín Villa, ministro de Gobernación entre 1976 y 1979

Pero el régimen no perdonó esa desobediencia y decenas de policías fueron detenidos y enviados a diferentes cárceles. Sin embargo, la llama había prendido y las células clandestinas que crearían el SUP fueron extendiéndose primero por diferentes provincias andaluzas y, después, por el resto de España. En diciembre de 1977 se aprobó el Real Decreto de Asociaciones, que permitió la formación de organizaciones dentro del llamado Cuerpo General de Policía, es decir, de la policía secreta. 

Pero estos avances no llegaban a los policías armados que se organizaron para cometer sabotajes a vehículos del cuerpo, tirada de octavillas, pintadas en casas de los mandos militares... Hasta que en 1978 al ministro Rodolfo Martín Villa no le queda otra que crear el Cuerpo Superior de Policía, y es entonces cuando la Policía Armada pasa a ser Policía Nacional. 

  
Antonio Tejero Molina, mano ejecutora del intento de golpe de estado

Quedaba una prueba de fuego, el 23 de febrero de 1981, el día en que el teniente-coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, tomó a punta de pistola el Congreso de los Diputados. En muchas comisarías, explica el autor, muchos policías brindaban por el golpe militar, otros se quedaron escondidos y sólo algunos se presentaron en las comisarías para defender sus puestos.

La democracia

Marcelino Camacho, fundador del sindicato Comisiones Obreras (CCOO)

Sin embargo, no fue hasta el primer gobierno del PSOE cuando el SUP pudo presentarse a los medios como el sindicato mayoritario dentro de la policía y constituirse oficialmente, ya en 1985. Periodistas, políticos y sindicalistas nacionales e internacionales, como Marcelino Camacho, ayudaron a estos primero policías demócratas a luchar por sus derechos y a convertir a la policía en un verdadero cuerpo civil.

José Tejero no se deja un detalle. Cenas, reuniones secretas, canciones y poesías insurgentes. Un verdadero recopilatorio de los primeros años de la Policía Nacional, único cuerpo de seguridad civil que a día de hoy tenemos en España porque, curiosamente y a pesar de su nombre, la Gurdia Civil continúa siendo un cuerpo militar.



Nota: Se podrá adquirir el libro a través del correo electrónico sevilla@sup.es

FUENTE: publico.es
Patricia López
03/01/2016

20/12/15

SIGUEN AHÍ

¿Que vienen los grises? Los grises nunca se fueron


Las del próximo 20 de diciembre son las elecciones más importantes de nuestra democracia. ¿Cuántas veces han oído esa expresión a lo largo de esta campaña? Probablemente muchas y, lo más inquietante, que lo habrán hecho de uno y otro lado. En parte llevan razón pero, en esencia, es mentira. Me explico: el momento, las elecciones en sí, efectivamente, son importantes, pero ¿qué democracia?


Lo que sucedió ayer por la tarde en Málaga resulta bastante ilustrativo de la democracia en la que vivimos, de este régimen en el que en ocasiones se oyen voces de alarma “que vienen los grises” para alentar al voto de izquierdas. No se equivoquen: los grises nunca se fueron… aunque aún puede ser mucho peor.

Imaginen: acto electoral de Unidad Popular con sus correspondientes permisos. ¿Motivo? Protesta animalista absolutamente pacífica y con fuerte cariz antitaurino. En un momento dado de la concentración, aparece la Policía Nacional, con sus números de identificación ocultos, solicitando la documentación a los concentrados. Ante la negativa de algunos de ellos, los policías optan por solicitarla “sólo a los que no vengáis de Unidad Popular”. Un despropósito. La convocatoria estaba hecha y se suma quien así lo desee, es libre, autorizada y abierta a quien esté o no con Unidad Popular.


¿Se imaginan a la Policía Nacional pidiendo la documentación a Rajoy cuando hace apenas unos días él mismo paseaba por la calle Larios de Málaga camino de un chocolate con churros? “¿Viene usted por el PP? Si no es así, documentación”. Eso es lo que al final ha sucedido, llegando a pedir el DNI a Fco. Javier Guzmán, el número 1 por Málaga de Unidad Popular.

Fco. Javier Guzmán Lucena, líder de Unidad Popular de Málaga

La situación se hace más esperpéntica cuando se solicita a los policías que se identifiquen. A fin de cuentas, ¿quién me asegura a mí que ese tipo es realmente policía o un impostor? El agente se niega a identificarse hasta que el ciudadano no muestre su documentación y, además amenaza con llevárselo a comisaría.


Ahorraré los momentos más propios de una tira de Ivà y su mítico Makinavaja o de Kim y Martínez el Facha, esos en los que un ciudadano normal y corriente le pide a un agente de policía que razone y éste se pone como un basilisco cerrando con un “porque lo mando yo, porque yo soy la autoridad”. Y Marcelo, el ángel de la guarda, aparcando coches…


¿Desde cuándo en una democracia real la Policía Nacional puede reventar una concentración -sea del partido que sea- que, en realidad, es un acto electoral con todos los permisos en plena campaña de Elecciones Generales? ¿No debería pronunciarse, al menos, la Junta Electoral de zona al respecto? ¿Recibían órdenes directas esos agentes o, sencillamente -y en esta ocasión me inclino más por ésto-, es una prueba más de la depuración cada vez más imperativa de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado?  Sí, esos sobre cuyas espaldas descansan los 961 casos de torturas o malos tratos recogidos por la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura (CPDT) en su informe anual La tortura en el Estado español en 2014 (frente a los 527 de 2013).


Así que no crean que hay que votar y saber muy bien qué se vota el 20D ante el peligro de que lleguen los grises, no. Hay que saber muy bien qué se vota, precisamente, para sacarlos de su sitio, en todas sus escalas de gama de color.


FUENTE: publico.es
Pozos de anarquía
David Bollero
15/12/2015