De repente he caído en la cuenta de que, posiblemente, las guerras del futuro, no sean ya por la posesión del petróleo, ni tan siquiera por la posesión del agua: me temo que terminarán siendo por las basuras. ¡Sí!, pero no por su posesión, sino por todo lo contrario. De hecho ya está comenzando a ocurrir: los países ricos envían sus desechos a los países pobres, que los recogen previo pago de determinadas subvenciones.
Echarle la mierda a los vecinos no soluciona nada, porque ellos también tienen la suya presta para la “exportación”. Así que deberíamos presionar a los respectivos gobiernos de cada país, para que vayan tomando medidas que nos impidan “morir ahogados en nuestra propia mierda”.
Ciudadano Plof
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