Quizás estando sola, de noche, en tu
aposento
oirás que alguien te llama sin que tu
sepas quién
y aprenderás entonces, que hay cosas
como el viento
que existen ciertamente, pero que no
se ven...
Y también es posible que una tarde de
hastío
como florece un surco, te renazca un
afán
y aprenderás entonces que hay cosas
como el río
que se están yendo siempre, pero que
no se van...
O al cruzar una calle, tu corazón
risueño
recordará una pena que no tuviste
ayer
y aprenderás entonces que hay cosas
como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que
pueden ser...
Por más que tú prefieras ignorar
estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una
canción
y aprenderás entonces que hay cosas
como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que
lo son...
Y una tarde cualquiera, sentirás que
te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín
y aprenderás entonces, que el tiempo
y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen
fin.
José Ángel Buesa
(1910 – 1982)
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