29/10/09

"LOS UNOS" Y "LOS OTROS"

“Los unos” (sin hache) detuvieron sus caballos en mitad de la estepa y atisbaron las frágiles fronteras del presente. Ir a galope tendido podía tener nefastas consecuencias, pues con el sol de frente, los abismos económicos no se vislumbran bien, y se corría el riesgo de perder jinetes y corceles antes de que comenzara la batalla: la reconquista de derechos y libertades tanto tiempo cautivas.

“Los otros”, con su poderío económico bien cimentado, con los poderes fácticos bajo control y el adelanto técnico de sus nuevos prismáticos, creyeron ver extremadamente frágiles las fronteras del futuro si las dejaban en manos de “los unos”. Podía peligrar todo el imperio, así que se decidieron a presentar batalla.


Pero hete aquí que, contra todo pronóstico, “los unos”, hartos ya de perder, pensaron que esta vez no iban a seguir el juego de “los otros” y cuando todos esperaban la ofensiva, tiraron las armas, las consignas, el himno, las banderas… y se replegaron a sus cuarteles de invierno, renunciando a la lucha.


Esto desconcertó por completo a “los otros” que, cogidos por sorpresa, no supieron reaccionar a tiempo y los dejaron marchar, o tal vez fuera una decisión meditada, porque, bien mirado, si los masacraban en su huída, ¿quién coño iba a trabajar entonces?... Fuera como fuese, a la larga no quedó más remedio que pactar con “los unos”. Eso sí, desde la situación de poder que le conferían a “los otros” incontables años de tener la sartén cogida por el mango.

Y fue entonces cuando “los unos”, obligados a abrir la boca desmesuradamente, se tragaron las ruedas de molino del capitalismo que, a la postre, lastrarían su ejército para siempre, impidiendo el avance continuado de sus fuerzas, acantonándolas y dejándolas sin capacidad de respuesta. Y sus cuerpos de élite, sin objetivos claros, a cambio de unas pocas limosnas de “los otros” optaron también por quemar sus uniformes y, sin luchar, quedaron… “vencidos y con el culo al aire”.

Ciudadano Plof