Anguita: "Malditas las siglas que impiden la unidad. Lo aprenderemos con dolor la noche del 20-D"
El carismático 'califa rojo', apenado
pero combativo, se muestra decepcionado por la falta de unidad frente
al neoliberalismo. Guardará silencio hasta el 21 de diciembre y no hará
campaña: "Mis palabras las usarían unos contra otros", dice en alusión a
IU y Podemos
"Hemos perdido la guerra. Todos.
Los herederos de las cuatro Internacionales. Si vuelvo 20 años atrás y
les cuento a los líderes sindicales lo que va a pasar, me cogen y me
tiran por ahí. Pero está ocurriendo: los convenios colectivos ya no tiene
ninguna fuerza, el trabajo ya no se atiene a lo que recoge la
Constitución... Es una situación en la que todos hemos perdido. Incluso
la Revolución Francesa, la enciclopedia y la razón han perdido ante la
Iglesia católica apostólica y romana".
Julio Anguita (Fuengirola, Málaga, 1941) está decepcionado, dolido y derrotado. Así lo ha expuesto este jueves en el Círculo de Bellas Artes de Madrid ante sus antiguos camaradas del PCE y de Izquierda Unida, curiosos de todas las edades e, incluso, ante el candidato de IU a La Moncloa, Alberto Garzón, que no perdido la ocasión de fotografiarse con el ex secretario general del PCE y ex coordinador federal de IU durante la presentación de su último libro, Atraco a la Memoria (Akal), que ha escrito junto al historiador Juan Andrade.
Julio Anguita (Fuengirola, Málaga, 1941) está decepcionado, dolido y derrotado. Así lo ha expuesto este jueves en el Círculo de Bellas Artes de Madrid ante sus antiguos camaradas del PCE y de Izquierda Unida, curiosos de todas las edades e, incluso, ante el candidato de IU a La Moncloa, Alberto Garzón, que no perdido la ocasión de fotografiarse con el ex secretario general del PCE y ex coordinador federal de IU durante la presentación de su último libro, Atraco a la Memoria (Akal), que ha escrito junto al historiador Juan Andrade.
Será, probablemente, la única fotografía de ambos juntos hasta después de las elecciones, porque el "califa rojo" no
va hacer campaña. La decisión la tomó cuando abandonó sus cargos en las
dos formaciones que ha dirigido con la única excepción de un mitin en
Málaga en las elecciones andaluzas del pasado marzo junto Garzón y
Maíllo. El más multitudinario de aquella campaña en la que IU acusó con
fuerza el pacto de Gobierno con el PSOE.
Ni campaña ni opinión sobre el desencuentro entre
IU, Podemos y otras fuerzas rupturistas para ir juntos a las elecciones
de diciembre. "Mis palabras las utilizarían para atacarse unos a otros.
No estoy dispuesto a que se me utilice en esta campaña. Hablaré el día
21 de diciembre", ha dejado claro el político que volvió a dar clases.
Pero ya adelanta su frustración: "He asistido con dolor a que no se haya
cuajado algo mucho más fuerte" que Podemos e IU, se entiende.
Para
Julio Anguita, el principal escollo en el camino hacia la unidad frente
al neoliberalismo imperante y la Europa de los mercaderes han sido las
siglas, por eso hace su enésimo llamamiento a repensar el sentido de las
organizaciones políticas y su modus operandi. Algo que parece coincidir con la postura de Alberto Garzón: repensar la izquierda después de estas elecciones. "Las siglas deben ceder ante el criterio de la unidad.
Malditas sean las siglas que impiden esa unidad. No son dioses ni
altares, son instrumentos y por encima de ellas hay objetivos
superiores. Lo vamos a aprender con dolor la noche del 20-D", augura
este exdirigente que cree que es posible empezar otra guerra definiendo
bien al enemigo y adoptando "nuevas tácticas, estrategias, lenguajes y
conceptos de movilización" social.
Aunque ha estado cerca de pesos pesados de Podemos como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, Anguita siempre aseguró que se debía a IU, su organización, aunque la nueva herramienta era un soplo de aire fresco para la maltrecha democracia española. Sin embargo, Anguita ha insistido una y otra vez en que Iglesias peca de soberbio, que la política consiste en pactar y en que en la batalla final, la formación morada necesitaría a IU, quede lo que quede de ella. Para el andaluz, hay que mirar a medio y largo plazo, hay que "dejar de hablar de la Segunda República para empezar a definir cómo queremos que sea la Tercera", hay que reflexionar y estudiar y no sólo "encerrarse en ver si conseguimos más o menos diputados", una estrategia cortoplacista que define como "un chotis" soso "es la muerte", ha abundado.
Aunque ha estado cerca de pesos pesados de Podemos como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, Anguita siempre aseguró que se debía a IU, su organización, aunque la nueva herramienta era un soplo de aire fresco para la maltrecha democracia española. Sin embargo, Anguita ha insistido una y otra vez en que Iglesias peca de soberbio, que la política consiste en pactar y en que en la batalla final, la formación morada necesitaría a IU, quede lo que quede de ella. Para el andaluz, hay que mirar a medio y largo plazo, hay que "dejar de hablar de la Segunda República para empezar a definir cómo queremos que sea la Tercera", hay que reflexionar y estudiar y no sólo "encerrarse en ver si conseguimos más o menos diputados", una estrategia cortoplacista que define como "un chotis" soso "es la muerte", ha abundado.
Los temas eran invetables, más
aún cuando el libro es "un recorrido histórico por la vida política" de
unos de los mayores luchadores contra la construcción de la actual Unión
Europea y del tratado de Maastricht. De aquellos polvos vinieron estos
lodos, ha insistido Anguita, que defiende la construcción de Europa,
"pero no de esta Europa que es sólo Alemania" ni de este "europeísmo de
cintilla y verbena". Él sí tiene claro quién es su enemigo: "La UE, el
Euro y la deuda". Y frente a ellos, el comunismo, pero en el sentido
filosófico, porque según especifica, "hay comunismo, comunistas y
partidos comunistas", y nada de esas tres acepciones significan lo mismo
para él.
Ha hablado del lastre que ha supuesto el "economicismo" que ha traído la globalización y aquella construcción europea contra la que dio la batalla en el Congreso. "Teníamos el mejor equipo de economistas y planteamos alternativas sólidas", ha recordado. Pero de poco sirvió, aunque en los aledaños del hemiciclo, un tal Rodrigo Rato le reconociera que tenían toda la razón en lo que planteaban pero "que no se podía hacer otra cosa", ha afirmado. Lo mismo le dijo Isabel Tocino o Josep Borrell. "En manos de todos estos hemos estado gobernados", ha criticado con frustración.
Ha hablado del lastre que ha supuesto el "economicismo" que ha traído la globalización y aquella construcción europea contra la que dio la batalla en el Congreso. "Teníamos el mejor equipo de economistas y planteamos alternativas sólidas", ha recordado. Pero de poco sirvió, aunque en los aledaños del hemiciclo, un tal Rodrigo Rato le reconociera que tenían toda la razón en lo que planteaban pero "que no se podía hacer otra cosa", ha afirmado. Lo mismo le dijo Isabel Tocino o Josep Borrell. "En manos de todos estos hemos estado gobernados", ha criticado con frustración.
El máximo responsable de la teoría de las dos orillas y de la necesidad del "sorpasso" al
PSOE de Felipe González, ha manifestado que Izquierda Unida
se puso como "meta superar al PSOE" y que, cuando apareció Podemos, "se
veía como posible", pero que se presentó un "miedo escénico en
determinados dirigentes" y ahora, la mayoría social sufrirá las
consecuencias.
FUENTE: publico.es
Jairo Vargas
12/11/2015
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