Ese descenso del paro registrado coincidió, además, con un crecimiento nada despreciable de los trabajadores que cotizan a la Seguridad Social, que aumentaron en 198.320 respecto a la cifra correspondiente a abril, ya mejorada por efecto de la Semana Santa.
Esta aparente mejora, sin embargo, tiene una indudable cara oscura: del millón y medio de contratos suscritos en mayo, sólo 64.723 fueron indefinidos y a jornada completa, mientras que el 95,6% restante eran temporales, a tiempo parcial o la dos cosas a la vez.
Frente a estos datos objetivos, habrá quien aduzca (como hacen con frecuencia los habituales palmeros del Gobierno) que, con la que está cayendo en España, más vale tener un trabajo en condiciones escasamente satisfactorias que no tener ninguno.
Gracias a ella, acometieron con verdadera fruición (y por cuatro duros) una limpieza a fondos de sus plantillas, que se tradujo en la desaparición de más de un millón de empleos durante los dos primeros años de la presente legislatura.
Y, al mismo tiempo o inmediatamente después, cubrieron sus necesidades de personal con contratos basura, mucho más baratos y precarios que los anteriores, hasta el punto de convertir a sus nuevos trabajadores en pura y simple carne de cañón.
FUENTE: publico.es
Aquí no se fía - Vicente Clavero
06/06/2014
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