Nos amenazan con el abismo, para acto seguido rebajarnos el sueldo como única salvación posible. Nos aseguran que estamos al borde del precipicio inmediatamente antes de convencernos de que lo único que puede evitar que caigamos son los recortes. Nos advierten de que las prestaciones sociales nos van a conducir a la ruina e inmediatamente comienzan a desmantelarlas. Los derechos laborales son incompatibles con el crecimiento así que hay que eliminarlos. Nos quitan de nuestros bolsillos el dinero que hay que entregar como intereses a los especuladores y usureros. Y en medio de este naufragio hay que salvar primero a los bancos si es que queremos tener alguna opción de salvarnos todos los demás.
Finalmente entre amenazas de fin del mundo acaban por convencernos de que todos tenemos que ser más pobres para que los ricos lo sean un poco más, que al parecer es la única forma de que el mundo siga girando.
La estafa viene de lejos, de muy lejos, tal vez nos hayan estado estafando siempre, pero ahora está llegando a su perfección. Nos recortan salarios, nos despiden, nos despojan de derechos, nos roban y nos mienten. Y están a punto de conseguir que aun les demos las gracias.
Información tomada de EL PAÍS - OPINIÓN
CARTAS AL DIRECTOR
Sebastian Fernández Izquierdo Petrer, Alicante
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