25/10/16

SIN EVIDENCIA HISTÓRICA

No existe ninguna evidencia histórica sobre la existencia de Jesús de Nazaret (Jesús "El Cristo") tal y como relatan los evangelios canónicos. De hecho, esos cuatro textos: los tres sinópticos (Marcos, Lucas y Mateo) y el de Juan (claramente distinto) son la única fuente que habla de la existencia de dicho personaje. No hay ningún texto contemporáneo de la época en la que, supuestamente, vivió Jesús, que trate sobre él. No aparece referencia suya en ningún registro oficial, ni dato alguno que apoye la veracidad de su existencia o de los acontecimientos narrados en los evangelios.


Para ser un personaje tan importante, Jesús está misteriosamente ausente de las fuentes clásicas. No relatan nada sobre él, ni Séneca (que murió en el 66 d.C.), ni Petronio o Lucano (muertos en el 65 d.C.), ni Plinio el Viejo (fallecido 79 d.C.), ni Plutarco (45-125 d.C.), ni siquiera Quintiliano Justo de Tiberíades, autor de una obra sobre Moisés, lo menciona jamás.

La única referencia relativa a Jesús figura en la obra Antigüedades de los Judíos, del historiador Flavio Josefo. Esta cita, que siempre ha sido considerada por los cristianos como la  prueba concluyente de la existencia de su "dios", ha sido analizada por reputados filólogos que han llegado a la conclusión de que se trata de un fraude, ya que, el estilo en el que está redactada difiere abiertamente del utilizado por Josefo, lo cual probaría que no estaba en el escrito original, siendo añadida con posterioridad.

Flavio Josefo

El personaje de Jesús encaja perfectamente en el concepto de "mitema levi straussiano". Para el etnólogo Claude Levi Strauss, el relato mítico se compone de pequeñas fracciones de relatos irreductibles que orquestan en su totalidad una narración mayor y que suele verse repetida en diferentes culturas.

No podemos dejar de señalar que la historia de Jesús, tal cual la conocemos, se corresponde con los mismos mitemas (porciones irreductibles del mito) que utilizan otros relatos religiosos, como la muerte y la resurrección. De hecho la figura mítica de Jesús pudo crearse basándose en diferentes personajes con los que existe un gran paralelismo:  

El halo solar de los dioses egipcios se convertiría en la aureola de los santos cristianos.

San Francisco de Asís - Cenni di Pepo Cimabue

Los pictogramas de la diosa Isis amamantando a Horus, su hijo milagrosamente concebido, se tranformaron en las imágenes cristianas de la Virgen María dando el pecho a Jesús.

La Virgen y el Niño - Roger van der Weyden

Los dioses precristianos Mitra, Osiris, Adonis, Dionisio, nacen al igual que Jesús, un 25 de diciembre, fecha que marca el tercer día tras el solsticio de invierno, o lo que es lo mismo, el nacimiento del sol.

Natividad - Lorenzo Lotto

El dios Mitra, conocido por sus adeptos como El Hijo de Dios y La Luz del Mundo, fue enterrado en una cueva y resucitó al tercer día.

Noli me tangere - Antonio da Correggio

Krishna, en la mitología hindú, recibió oro, incienso y mirra en le momento de nacer.

Los tres Ryes Magos - Mosaico bizantino 
Basílica de Sant' Apollinare Nuovo - Rávenna

Los atributos del pater mitraico (un iniciado de grado superior) eran el gorro frigio, la vara y el anillo, muy similares a la mitra, el báculo y el anillo de los obispos cristianos.

Mitra y báculo

El banquete ritual de los fieles de Mitra presenta claras similitudes con la eucaristía cristiana. Pero no solo el hecho de alabar a dios o doxología, que culmina llegando a comer "su cuerpo" como símbolo máximo de adoración, sino también el altar o ara y la vestimenta de los oficiantes, entroncan directamente con religiones paganas de la antigüedad. 

 Altar y sacerdote

Las semejanzas dogmáticas con dichas religiones mistéricas demostraría que el cristianismo no es el resultado de una revelación divina, sino el producto de un sincretismo religioso, cuya recopilación corrió a cargo de Pablo de Tarso, originalmente Saulo de Tarso o Saulo Pablo, más tarde llamado San Pablo, personaje (éste sí, histórico) al que muchos tachan de misógino y esquizofrénico: el verdadero inventor del cristianismo.

La conversión de San Pablo - Parmigianino
Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén. Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer». Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.

Razónenlo y extraigan sus propias conclusiones.

Citizen Plof

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